La demanda de coches eléctricos económicos, un desafío para las principales empresas

Mientras Tesla y fabricantes chinos avanzan a paso firme, los gigantes tradicionales como Ford y General Motors se esfuerzan por ponerse al día. El cambio tecnológico y sus desafíos.

La demanda de coches eléctricos económicos, un desafío para las principales empresas

En 1913, la introducción de la cadena de montaje móvil por Henry Ford marcó un hito en la fabricación de automóviles, reduciendo significativamente los tiempos de ensamblaje y permitiendo la producción en masa a precios más bajos.

Sin embargo, en la actualidad, la industria automotriz enfrenta una transformación similar pero con los vehículos eléctricos como protagonistas. En este cambio, Ford se encuentra en un proceso de adaptación en lugar de liderar la transición.

Los vehículos eléctricos representan un cambio profundo en las tecnologías y procesos de fabricación que han consolidado a Ford y a otros grandes fabricantes como líderes en la industria.

Los fabricantes tradicionales han invertido considerablemente para adaptarse a esta nueva realidad, pero están rezagados en comparación con empresas como Tesla y competidores chinos como BYD y Xpeng.

La necesidad de vehículos eléctricos asequibles es más relevante que nunca debido a su papel en la reducción de la contaminación ambiental. Sin embargo, persiste la pregunta sobre si los fabricantes europeos y estadounidenses pueden satisfacer esta demanda, dado que algunos gobiernos planean restricciones a la venta de automóviles a gasolina y diésel.

Una competencia de mercado que recién empieza

La brecha entre los fabricantes tradicionales y sus rivales chinos es significativa. En 2022, Tesla entregó 1.31 millones de vehículos eléctricos, mientras que BYD vendió más de 900,000 (casi 1.86 millones incluyendo híbridos enchufables).

Cabe remarcar en este sentido que los competidores chinos tienen ventajas tecnológicas y costos de producción más bajos, lo que les permite ofrecer precios más accesibles, una consideración importante para la adopción generalizada de vehículos eléctricos.

En esta carrera por los vehículos eléctricos, China lidera, mientras que Japón, Corea del Sur, Europa y Estados Unidos, los dominantes de décadas anteriores, están perdiendo terreno.

Los fabricantes de automóviles establecidos han visto disminuir su cuota de mercado de vehículos eléctricos en todo el mundo desde 2015, mientras que Tesla y BYD han aumentado su participación.

A su vez, el mercado chino de vehículos eléctricos está en crecimiento, y China ha consolidado su liderazgo en la producción de baterías, componentes esenciales para los vehículos eléctricos.

Las inversiones multimillonarias de los fabricantes tradicionales en vehículos eléctricos y baterías buscan reducir la ventaja de Tesla y los competidores chinos.

Momento complicado

Sin embargo, estas inversiones se producen en un momento complicado para la industria, afectada por la escasez de semiconductores y problemas en la cadena de suministro. Las ventas de automóviles también se mantienen por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, y los márgenes de ganancia de los vehículos eléctricos son limitados.

La demanda de los consumidores es incierta, y algunos fabricantes han tenido que suspender temporalmente la producción debido a la debilidad de la demanda.

Si los trabajadores de Ford, General Motors y Stellantis obtienen mejoras salariales en Estados Unidos, los fabricantes tradicionales podrían perder competitividad debido al aumento de los costos laborales.

Hay que destacar en esta línea que el costo promedio de un vehículo eléctrico podría aumentar si se aplican concesiones laborales, lo que afectaría los modelos de negocio de los fabricantes tradicionales.

Aunque la fabricación de vehículos eléctricos requiere menos mano de obra, los altos costos de las materias primas para las baterías y la necesidad de perfeccionar los procesos de producción son desafíos.

China lidera en la producción de baterías y controla gran parte de la cadena de suministro, lo que dificulta la competencia para los fabricantes de automóviles de otros países.

La cooperación con empresas chinas se ha vuelto más complicada debido a las tensiones comerciales y las preocupaciones de seguridad nacional.

Además, China ha impuesto restricciones a las exportaciones de minerales esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos, lo que afecta la cadena de suministro global.

A pesar de las inversiones y esfuerzos, los fabricantes de automóviles tradicionales enfrentan desafíos significativos para competir en el mercado de vehículos eléctricos, especialmente frente a Tesla y los fabricantes chinos.

Así, la competencia se intensifica en un momento en el que la industria automotriz debe lidiar con problemas económicos, demanda incierta y cambios en la cadena de suministro.

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