El circo del terror

El ojo de Horus

El circo del terror

En nuestro país, la esclavitud fue abolida en la Asamblea de 1813, o sea hace ya ¡201 años!. Sin embargo ocasionalmente se descubren más y más casos de trata de personas para explotación laboral con historias espantosas. El lunes pasado, en el Tribunal Federal 3, comenzaron a juzgar a Ángel Alfredo Almada de 54 años, acusado por tres casos de trata agravada, con la particularidad que ocurrieron en el Circo Unión de su propiedad.

El primero de los casos, sucedió a partir del año 2006 en Alta Gracia, cuando una joven mujer L.M.F, madre de un niño de sólo un año de vida, y totalmente desamparada, fue recibida por el imputado y alojada en una vieja casilla a cambio de trabajo de sol a sol. Luego de retenerles los documentos de identidad a ella y a su hijito, la sometió a malos tratos físicos y psicológicos hasta obligarla a tener relaciones sexuales, en las que la víctima quedó embarazada. Como si fuera poco, también incluyó al niño en un número circense disfrazado de payasito. Finalmente, y después de años de sufrimiento y mientras el circo estaba de recorrida por La Pampa, LMF y su hijo lograron escapar y regresar a Alta Gracia.

Un segundo caso ocurrió en el año 2015 en La Falda, y la victima M.B.M, también de condición vulnerable, fue “contratada” por Almada para un trabajo full time a cambio de $600 semanales, que casi nunca pagó; apenas si le daba comida escasa y de mala calidad. Pero además del maltrato psicológico, la obligaba a realizar trabajos pesados que le provocaron un aborto. Por supuesto, también a esta mujer la hacía participar del “espectáculo” disfrazada de payaso. Finalmente, y estando el circo en Río Cuarto, M.B.M logró pedir ayuda a un vecino de allí y pudo finalmente irse a pesar de la persecución de Almada.

La tercera víctima, E.A.P, fue coptada en el año 2016 y sufrió casi las mismas peripecias que las otras mujeres. Ayudada por su pareja, E.A.P logró irse al cabo de cuatro meses de sufrimiento, y sin que el acusado cumpliera su compromiso de pagarle $1.700 semanales.

El fiscal Maximiliano Hairabedián fue quien investigó esta historia increíble y que podría terminar antes de fin de año con una dura condena para Almada, una especie de Frankenstein en este circo del terror.

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