Autorizarán hasta 10.000 espectadores

Será en eventos previos a la gran cita deportiva, anunció el Gobierno japonés

Autorizarán hasta 10.000 espectadores

El Gobierno de Japón anunció ayer que permitirá hasta 10.000 personas en eventos públicos, incluyendo deportivos, cuando levante el estado de emergencia por el coronavirus este mes, un esquema que podría aplicarse en julio próximo en los Juegos Olímpicos de Tokio.

El anuncio llegó justo en momentos en que los organizadores olímpicos estudian qué límite de público fijar para su gran cita, que se extenderá del 23 de julio al 8 de agosto y que ya fue suspendida el año pasado por el coronavirus.

La medida de los 10.000 espectadores entraría en vigor tras el levantamiento del estadio de emergencia sanitaria en Tokio y en otros departamentos, el 20 de junio, y regiría hasta fines de agosto, dijo el ministro japonés encargado de la Covid-19, Yasutoshi Nishimura.

«Es importante que mantengamos medidas rigurosas contra las infecciones para evitar un aumento de casos, todavía más teniendo en cuenta que contemplamos una propagación de la variante Delta», declaró Nishimura a un comité gubernamental que aprobó el plan.

El proyecto, que no afecta únicamente a eventos deportivos, limitaría el número de espectadores a un 50% de la capacidad de un recinto o a un máximo de 10.000 personas, la cifra que sea menor, explicó el ministro, informó la agencia de noticias AFP.

Ese esquema, que debe ser oficializado esta semana, podría fijar los límites de una decisión de los organizadores de los Juegos Olímpicos sobre el número de espectadores residentes en Japón que podrán estar presentes en su evento. En marzo, los organizadores olímpicos tomaron la decisión sin precedentes de prohibir la llegada de espectadores procedentes del extranjero.

Ahora, después del final del estado de emergencia, deben comunicar su decisión sobre si los Juegos serán a puerta cerrada para todo tipo de público o qué límite de espectadores locales es aceptado.

Según la prensa, el Gobierno japonés podría reemplazar el estado de emergencia sanitaria actual por medidas llamadas de «casi estado de emergencia», que incluyen sobre todo limitaciones a la venta de alcohol o en horario de apertura de bares y restaurantes.

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