Colapinto contó que “siempre” estuvo preparado para la F1

El argentino estuvo de visita en España y contó anécdotas de sus inicios como piloto

Colapinto contó que “siempre” estuvo preparado para la F1

Franco Colapinto fue el principal protagonista de uno de los programas más conocidos de España, El Hormiguero, al que suelen ir celebridades locales e internacionales. La labor del piloto argentino en sus tres primeras de Fórmula 1 con el Williams FW 46 y el carisma del bonaerense de 21 años resultan un imán para los medios; por eso fue el invitado ayer en la emisión que dejó muchas anécdotas. Como era de esperarse el pilarense hizo de las suyas con su habitual simpatía, espontaneidad y frescura.

Por caso, reveló que en una época se bañaba con el buzo antiflama puesto: “Lavarlo es complicado porque no sabía bien y un día puse uno en el lavarropa, agarró calor y se me achicó. De chico iba mucho a hoteles y a veces hay que hacer algo más dinámico. Entonces me ponía el shampoo y cuando iba cayendo me bañaba con el mono (buzo antiflama). Después me lo sacaba y me bañaba solo. Lo secaba con el secador. Los hoteles me odian. Ya no lo hago más igual”, le contó al presentador Pablo Motos.

También dio algunos detalles del volante de un coche de F1: “Hay muchos botones rojos que es mejor no tocarlos (risas). Y hay cosas que tenés que tocar todo el tiempo. Después tenés un chabón que te está hablando todo el tiempo por la radio y yo apenas podía ir por el asfalto. Un francés me hablaba en inglés con un acento del choto y para entender qué botón tenía que apretar tardaba mucho”. En esas explicaciones confesó que una vez se quedó sin batería en el auto de carrera: “Hay un botón que cuando lo apretás se te apaga la energía la eléctrica. Empecé a perder potencia y cuando lo vas a resetear tenés que apretarlo dos veces y lo hacés a 300 km/h”.

En tanto que recordó que “desde muy chico que mi sueño era estar en la F1 y trabajamos mucho para eso. Mis managers me agarraron de pibe y mis sueños y objetivos fueron llegar a la F1. Al final no sabés cuándo vas a llegar ni sabés cuándo vas a tener otra oportunidad. Siempre hay que estar preparado y luchar por eso. Soy un chico que siempre estuve preparado física y mentalmente por si llegaba el momento”.

Y contó: “Me fui a vivir solo a Italia con 14 años sin hablar nada de italiano. Vivía solo en una fábrica y corría para una marca de karting. Para la comida era todo muy básico. A veces cuando estaba complicado de plata cocinaba el arroz en la pava eléctrica y se calentaba hasta el hervor. Quedaba rico, pero se pegaba abajo”.

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