Dura derrota de los Pumas ante Australia

Creevy jugó su último partido con la camiseta de los Pumas

Dura derrota de los Pumas ante Australia

A Los Pumas se les escapó en el final. Quedaba defender la última pelota y después festejar. Pero los Wallabies no renunciaron y en la última jugada encontraron la llave para dejar atrás las dos derrotas consecutivas y con un penal debajo de los palos, Ben Donaldson le dio el 20-19 que, además, empañó la despedida de Agustín Creevy.

Si lo que esperaba el entrenador de Los Pumas, Felipe Contepomi, era una muestra de carácter después de la goleada que le propinaron los All Blacks dos semanas atrás en Auckland, esa señal la daría el triunfo que se esfumó en la última.

Los Pumas no lograron la consistencia que busca Contepomi. Fue un partido palo y palo, porque los dos equipos apelaron a ese recurso, a asegurarse una ventaja en vez de buscar el ingoal. Así, buena parte del partido el Seleccionado estuvo al frente en el marcador. Los Pumas se fueron al vestuario con una ventaja de seis puntos en su favor y la sensación que también con el viento a favor, porque antes de que sonara la chicharra Lolesio desperdició un penal que se le fue ancho.

Los australianos no se dieron por vencidos ni mucho menos. Ya en la segunda parte Rob Valetini le dio el segundo try a su equipo y Lolesio no falló en la conversión para que los Wallabies se acercaran en el marcador. Australia apretaba y Los Pumas no lograban salir del entuerto.

El equipo argentino no pudo aguantar el último impulso de Australia, que comenzó a avanzar por el sector derecho de su ataque con un line en su favor, ganó metros, llevó la pelota cerca de la línea. Era cuestión de aguantar y Los Pumas aguantaban. Pero en la última, cuando no había tiempo para más, los Wallabies tuvieron la oportunidad: un penal abajo de los palos.

Mayco Vivas se zambulló por encima de la formación australiana y el árbitro James Doleman no lo dudó. El final que se consumó con el tiro, que no podía ser más fácil para Donaldson que esperó hasta los últimos segundos para sacar el derechazo y que, ante el silencio del público, se escuchara la chicharra que le bajó el telón al partido.

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