Expectativa ante la apertura del dólar tras las elecciones presidenciales

Tras el domingo electoral, el mercado está en vilo, ansioso por la reapertura de las operaciones cambiarias, después de una semana de incertidumbre y falta de referencia de precios.

Expectativa ante la apertura del dólar tras las elecciones presidenciales

El mercado aguarda con expectativa la apertura de las operaciones cambiarias tras la elección presidencial y luego de jornadas marcadas por la incertidumbre y la falta de referencia de precios.

Durante la semana pasada una secuencia de operativos de control más allanamientos y denuncias sobre el funcionamiento del mercado paralelo, pusieron en stand by la cotización del dólar en la plaza informal.

Incluso, durante las últimas ruedas se generó una nueva grieta entre la información que publicaban los medios con un valor del dólar en torno a los $900 y los portales especializados en finanzas que lo valuaban entre 1.100 y $1.200.

De allí a que se espera que, superada la elección, se reacomode el mercado y vuelva a generarse un precio común que ordene las operaciones.

El ministro de Economía y candidato a presidente por Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, habría convocado a su equipo económico a una reunión en el Palacio de Hacienda a partir de las 9 para definir las próximas medidas a tomar, pero el encuentro aún no estaba confirmado.

En medio de declaraciones de la oposición sobre el valor del tipo de cambio a partir del día después de las elecciones, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, había prometido que el dólar oficial mantendría su valor de $350 hasta el 15 de noviembre, tras lo cual comenzaría una etapa de ajuste diario a un ritmo del 3% mensual.

Una de las decisiones que deberá tomar el Gobierno es cómo continuará actuando sobre los tipos de cambio financieros, mercados sobre los cuáles tuvo que intervenir fuertemente para evitar subas descontroladas.

El dólar MEP abrirá a $898,91, mientras que el Contado con Liquidación (CCL) lo hará en $1.110,59.

En tanto, en las operaciones de premarket los bonos argentinos operan con caídas a un cuarto de su valor nominal.

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