El Gobierno admitió que limita los aumentos salariales acordados en paritarias por el sector privado para evitar un salto inflacionario. Esta situación era denunciada por los gremios desde hace varios meses.
Guillermo Francos dijo que: “Todo es un ancla para la inflación. Establecer la relación del salario con los índices de inflación es un ancla”. “Si uno permite que el salario se vaya más allá de lo que se ha establecido como pauta o como tope, obviamente los precios aumentan y los que reclaman hoy por aumento del salario vuelven a pedirlo más adelante porque otra vez suben los precios”.
De todas formas, el jefe de los ministros defendió esta decisión bajo el argumento de que “los salarios le vienen ganando a la inflación”. Sin embargo, las consultoras privadas que evalúan el comportamiento de los salarios en base a datos del Indec, sostienen que los sueldos privados registrados están apenas 0,6% por encima de noviembre de 2023, mientras que las remuneraciones del sector público están un 14% por debajo.
En este marco se disparó una disputa con los empleados de Comercio que comanda Luis Cavalieri. La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) había acordado una suba de 5,4% para el trimestre abril-junio distribuido en tres tramos mensuales: 1,9% en abril, 1,8% en mayo y 1,7% en junio. Según trascendió, Caputo objetó el convenio e instruyó al Secretario de Trabajo, Julio Cordero, a que lo revise.
Cordero convocó a Cavalieri a una reunión el martes a la que el líder sindical no asistió y ratificó el acuerdo firmado con las cámaras empresarias, aunque no sea homologado. Incluso desde el sector empresarial hubo críticas a la decisión oficial: “El aumento acordado fue moderado y sensato. El problema lo tiene el Gobierno, que pide cosas imposibles”, cuestionó un dirigente de supermercados mayoristas, sector que, finalmente, no abonó los aumentos acordados por la falta de acuerdo del Gobierno.