La Argentina acelera el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos

Coordinadores nacionales del bloque regional se reunieron en el Palacio San Martín; la gestión de Milei pretende autorización para negociar con la administración Trump, pero Brasil y Uruguay se oponen.

La Argentina acelera el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos

Javier Milei, Luis Lacalle Pou, Ursula von der Leyen (Unión Europea) LuizInacio Lula da Silva y Santiago Pena durante la cumbre del Mercosur en Uruguay.

Con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos entre ceja y ceja, y el alineamiento con Washington en uno de sus picos más altos, el gobierno de Javier Milei comenzó este martes el sendero con el que buscará flexibilizar al Mercosur, y lograr de ese modo el aval para ese acuerdo comercial con la primera potencia mundial.

Los coordinadores nacionales del Grupo Mercado Común, que integran los cinco países miembro (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, aunque ésta última aún sin voto), protagonizaron hoy en el Palacio San Martín una reunión informal, en la que comenzaron a conocerse las primeras propuestas, en el marco de la presidencia pro-témpore que ejerce la Argentina hasta julio próximo.

“Es una reunión informal, donde cada uno vino a mostrar sus cartas”, expresaron al diario La Nación desde la Cancillería que encabeza Gerardo Werthein, minutos antes de comenzado el cónclave, que se extendió hasta pasado el mediodía.

Discreta, la Cancillería decidió no informar sobre la realización de la reunión, que tendrá otras dos jornadas de encuentros con el denominado Grupo de Relacionamiento Externo, encargado de los vínculos del Mercosur con otros países o bloques económicos extra zona.

Tampoco se dieron desde el Gobierno detalles sobre el contenido de la propuesta argentina, que debería motorizarse desde la subsecretaría de Asuntos Americanos, aún vacante desde la renuncia de Mariano Vergara, en el inicio de la gestión de Werthein, y con posibilidades de ser suprimida del organigrama según fuentes diplomáticas.

Ya desde la gestión de Diana Mondino en la Cancillería, la Argentina esbozó su intención de modificar el Tratado de Asunción, que condiciona un acuerdo extra-zona al aval unánime de todos los miembros del Mercosur.

Para acordar mano a mano con la administración Trump, el Gobierno debería tener entonces el aval de la totalidad del Mercosur. Salvo que, por la oposición de alguno o varios de los miembros del bloque regional, Argentina quiera abandonar ese mercado común, una posibilidad sugerida por el propio presidente Javier Milei en su reciente paso por Washington, y que es mirada con recelo por sus vecinos, sobre todo el Brasil que preside Luiz Inácio Lula da Silva.

Es Lula, ahora con el apoyo de su flamante par de Uruguay, Yamandú Orsi, quien se opone de modo tajante a esa flexibilización de las normas acordadas. La orden que los representantes brasileños trajeron a Buenos Aires es la de oponerse a cualquier propuesta que lleve la Argentina en ese sentido, contaron fuentes diplomáticas.

“Quiero aprovechar para anunciar que la Argentina quiere ser el primer país del mundo en sumarse a este acuerdo de recíproco que pide la administración de Trump en materia comercial. De hecho, si no estuviéramos restringidos por el Mercosur, la Argentina estaría trabajando en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos”, indicó Milei en la cumbre de la Cpac, el 22 del mes pasado, y en una nueva ofensiva en contra del bloque regional.

La semana pasada, fue Trump quien devolvió gentilezas. “Consideraré cualquier cosa. Y la Argentina, por cierto, creo que él es genial. Creo que es un gran líder. Está haciendo un gran trabajo. Está haciendo un trabajo fantástico. Lo rescató del olvido”, dijo Trump en la Casa Blanca ante una pregunta de LA NACION sobre Milei, y si estaría dispuesto a negociar un acuerdo de libre comercio con la Argentina.

Conocedores de las intenciones de la Casa Rosada, desde Itamaraty son cautos. “Si vienen con una propuesta de negociar juntos con Estados Unidos, no lo veríamos para nada mal”, afirmaron desde la diplomacia brasileña, aún sabiendo que esa posibilidad tiene escasas chances de prosperar.

Los vínculos de Milei con sus vecinos podrían ser calificados de fríos y protocolares. Luego de algunos intercambios virulentos al inicio del mandato del libertario, el Presidente y Lula dejaron de agredirse, pero no muestran sintonía. El faltazo presidencial a la asunción de Orsi, el 1 de marzo, también ahondó la distancia con Uruguay. Sólo hay afinidad ideológica con el Paraguay de Santiago Peña, alineado como Milei con Estados Unidos e Israel, tanto en lo ideológico como en recientes votaciones en la ONU.

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