El economista y contador cordobés, José María Rinaldi, señaló ayer que la demora en la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no es una debilidad del gobierno de Alberto Fernández sino, al contrario, una fortaleza. El docente universitario indicó que deben lograrse plazos mucho más largos y que el organismo internacional tiene que asumir las consecuencias de haber otorgado un crédito político cuando aceptó prestarle a la gestión de Mauricio Macri 57.000 millones de dólares.
Al respecto, el también integrante del Plan Fénix consideró que uno de los elementos transversales a la política económica “es acomodar el plan financiero del Gobierno, que tiene que ver con reestructurar la deuda con el Fondo”. “Con los acreedores privados de jurisdicción extranjera ya está; fue muy importante lo que se hizo en agosto del 2020. Con el Fondo encaraba para ese lado y ahora encontró algunas piedras en el camino. No está mal esta dilatación porque quiere decir que el Gobierno está negociando con firmeza, que es lo que proponemos desde el proyecto estratégico del Plan Fénix. Y no lo veo como un defecto sino como una virtud. El defecto sería decir vamos a arreglar, ajustar, aplicar el modelo ortodoxo. Pero el Gobierno se plantó y dice que no va a aplicar un plan de ajuste”, evaluó Rinaldi en diálogo con el periodista Marcos Jure.
Asimismo, sostuvo que el Gobierno no tiene que aceptar ese ajuste adicional de un punto del PBI que está reclamando el FMI. “Tiene que negociar con total y absoluta firmeza. Eso no es una debilidad sino al revés, una gran fortaleza. No es negociar a cualquier precio, no es que en cinco minutos arreglo todo porque, en realidad, no se arregla nada”, insistió.
Por su parte, el economista fue consultado acerca de cómo ve el panorama económico que vive el país, que combina tensión cambiaria, inflación alta y la negociación con el FMI. Sobre el particular, afirmó: “La inflación es el gran talón de Aquiles de la política económica del Gobierno. Es una remasterización de la política económica de los otros tres kirchnerismos, con alguna profundización en algunos aspectos, pero falta bastante. Es un modelo que tracciona por un lado la demanda, apunta a reactivar la economía, justamente porque eso genera un ciclo virtuoso en la recaudación, en el balance fiscal, en el gasto social, en el balance de pagos, en el balance externo y en el balance monetario”.
“Los tres ejes principales son un tipo de cambio multilateral competitivo, que hasta ahora lo está teniendo, estamos llegando a los niveles récord de exportación que tuvimos hasta 2010-2011, un fuerte superávit comercial, que es importante porque genera divisas y da capacidad de pago. El segundo eje está basado en hacer traccionar la demanda por el lado del consumo público. El gasto público genera una reactivación que alimenta la recaudación fiscal, por un efecto que tiene nuestra política fiscal que está ligada al consumo. El tercer eje es muy importante y está basado en la mejora del poder adquisitivo del salario”, detalló Rinaldi.