Shein, Temu y ropa importada: el combo que agrava la crisis textil en Córdoba y el país

Empresarios del sector piden reglas claras ante el avance del fast fashion y la importación en Argentina.

Shein, Temu y ropa importada el combo que agrava la crisis textil en Córdoba y el país

La plataforma Shein es una de las que más se impuso en argentina desde la apertura de importaciones.

El sector textil y de indumentaria argentino atraviesa uno de los peores momentos de las últimas décadas. Con una caída acumulada del 21% en ventas y producción en los últimos dos años, según los datos de la Fundación ProTejer, un uso de capacidad instalada que se desplomó y miles de puestos de trabajo perdidos, el panorama es alarmante en Córdoba y el país, donde empresarios del rubro alertan sobre un proceso de desindustrialización acelerada. A la apertura comercial, la irrupción de plataformas como Shein o Temu y la pérdida del poder adquisitivo, se suma una informalidad estructural y una falta de claridad a largo plazo.

La proliferación de ropa importada es, según la Encuesta de Coyuntura de la Fundación ProTejer, una de las razones que explican la caída de la producción, siendo el 63% de las empresas que identifican este factor como uno de los que está afectando sus ventas. El poder adquisitivo y la apreciación cambiaria son otras razones que estarían afectando a la industria textil local.

La tendencia se acentuó en los últimos meses con la eliminación de trabas para las importaciones y el impacto de fast fashions, gigantes digitales que venden a gran escala con una rápida fabricación de ropa a bajo costo, algo que resulta conveniente en contextos actuales pero que afecta al mercado interno. 

En nuestro país, el 67% de las prendas vendidas en lo que va del año son importadas y si se tiene en cuenta a los shoppings, esa cifra asciende al 75%. Solo entre Shein y Temu reparten la mayoría de los paquetes que se importan por mes. 

Consultado sobre este tipo de plataformas, Marcos Cordovero, presidente de la Cámara Textil Córdoba, aseguró a Hoy Día Córdoba: “Estas plataformas chinas están siendo un boom con todo lo que pasa lamentablemente en Argentina. Hoy sé que mucha gente está comprando en Shein por ejemplo y te diré que más del 50% no está conforme con lo que compra, porque no es lo que vieron en la foto, porque no es la calidad que le dijeron. El argentino compra lo malo, porque compra lo más barato, que es entendible”.

Integrantes de la Cámara Textil Córdoba.

Frente a este escenario, marcas de indumentaria instaladas en el país como Zara, Macowens y Equus ensayan su propia respuesta: descuentos de hasta el 70% en artículos seleccionados, 3×2 y pagos en seis cuotas sin interés. Este panorama demuestra que durante este último tiempo la competencia dejó de ser entre marcas locales para pasar a ser entre países. 

Marcas de ropa aplican fuertes descuentos ante el auge de las importaciones

Despidos y reducción de personal 

La misma encuesta expone una gran cantidad de despidos, siendo el 72% de las empresas del rubro que han tomado alguna medida que afectó el empleo. Entre ellas, la cancelación de horas extras, cierre de turnos y despidos. En tanto, el 32% de las empresas realizó despidos durante el primer trimestre del año

En nuestra provincia, la situación no es distinta. De hecho, según datos de la Cámara Textil Córdoba, las ventas en algunas empresas disminuyeron hasta un 50% y los despidos rondan el 30%. “Hoy me voy al 50% de la baja de la venta. Y ya estamos hablando de un 30% que se está despidiendo gente”, confirma Cordovero. Y aclara: “Se incrementó ahora. No empezó con este gobierno, pero se potenció”.

“Yo viajo todos los años a China, casualmente a través de la Cámara. Vamos a ver maquinaria y tecnología. Yo no voy a decir que los productos chinos son malos. Hay cosas chinas que son excelentes. Y son caras”, remarca Cordovero. Pero insiste: el problema no es la calidad del producto chino, sino las condiciones de competencia desleal.

Miles de argentinos comenzaron a comprar ropa del exterior.

En ese sentido, el empresario describe un sistema impositivo que encarece los costos en cada eslabón de la cadena dejando en desventaja a los fabricantes formales frente a la competencia informal e importada. “Hoy por hoy una prenda de mi empresa, por darte un número de ejemplo, la vendo en 10 pesos, con la ganancia y con todo. Al público llega en 60, 70 porque pasa por muchas manos y en todas se aplican impuestos”, explica.

Además, denuncia el rol que cumplen las fronteras porosas del país en el ingreso de mercadería ilegal: “Acá tenemos dos fronteras totalmente liberadas, que son Bolivia y Paraguay. Entra mercadería por ahí del rubro que quieras, a la hora que quieras y la cantidad que quieras”.

Una estructura informal

El sector textil es también uno de los más afectados por la informalidad. “Muy pocas empresas están 100% en blanco, si tenés la gente en blanco significa que tenés todo en orden y eso repercute fundamentalmente en los costos”, sostiene Cordovero.

Actualmente, una persona con conocimientos sobre costura, una máquina, telas y acceso a redes sociales puede vender indumentaria sin pagar cargas sociales, IVA ni ingresos brutos. En ese escenario, competir desde la formalidad se vuelve cuesta arriba. “Este rubro es muy informal, como lo son otros rubros también, por ejemplo el de la construcción. La informalidad interna nos está matando”, agrega.

Por otro lado, el contexto macroeconómico también impone obstáculos adicionales. “Hoy nos estamos preocupando por pagar los sueldos en tiempo y forma. Y los impuestos castigan más. Si te demorás dos días te mandan una carta documento”, se lamenta.

Ley “Anti Shein”

El mismo problema lo tuvieron los textiles de Europa, donde las plataformas como Shein y Temu comenzaron a emerger durante el 2023 y 2024. En ese contexto, en junio del año pasado Francia aprobó la ley “anti-Shein”, estableciendo límites a la publicidad, exigiendo mayor transparencia en la trazabilidad de las prendas y creando una eco-tasa de hasta 10 euros por prenda para productos considerados de alta rotación y bajo costo.

El objetivo de la medida es frenar la sobreproducción de ropa descartable, que tiene fuertes impactos ambientales y laborales. Esta legislación coloca a Francia como el primer país en regular el fast fashion digital, un modelo que también debería tener un marco regulatorio en Argentina para no imponerse como una causa más que afecte a la industria interna. 

Campaña de Vestiaire Collective por la aprobación de la Ley «Anti Shein» en Francia.

Sin horizonte claro

Más allá del diagnóstico crítico, el planteo de fondo es la falta de previsibilidad. “Yo no quiero plata. No quiero que me paguen ni me traigan plata. Lo que quiero es que me digan cómo vamos a trabajar de acá a 15 años. Y yo me acomodo de esa manera. Y si me va mal, es porque me fue mal a mí”, reclama Marcos. Y sintetiza: “Hoy a la mayoría de la gente le va mal por los cambios de política que tenemos permanentemente. Ese es el problema que estamos teniendo”. A su vez, la preocupación se traslada al consumo. “La gente tiene las tarjetas al límite. No les alcanza la plata. A nadie le alcanza la plata”, advierte.

Para el empresario, la solución debe venir desde el Estado, con reglas claras, políticas estables y apoyo real a la producción local. “El gobierno es el que tiene que ver las cosas. Como en una familia: el hijo no va a venir a ver qué vas a hacer vos como padre. Sos vos el que le tenés que dar las herramientas”, ejemplificó. 

Frente al escenario de competencia desigual, informalidad creciente y contracción del consumo, la industria textil local viene resistiendo desde hace bastante y ya no alcanza con fabricar bien o producir más barato. Mientras tanto, desde el sector piden señales un poco más claras sobre cómo seguir. 

Salir de la versión móvil