Tras el ajuste, el PIB cayó un 5,1% en el primer trimestre del año

El Indec informó los números de la actividad económica y confirmó la fuerte recesión que sacude al país

Tras el ajuste, el PIB cayó un 5,1% en el primer trimestre del año

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) certificó ayer la fuerte recesión que atraviesa la economía argentina en el inicio de la gestión de Javier Milei, ya que cerró el primer trimestre del año con un desplome del 5,1% del Producto Interno Bruto (PIB) respecto a 2023, un hundimiento pocas veces visto. En relación al cuarto trimestre del año pasado, el PBI cayó un 2,6%. Como si fuera poco, la tasa de desocupación subió dos puntos en los primeros tres meses de 2024 y trepó al 7,7%, una caída del empleo sólo comparable con el inicio de la pandemia de Covid-19.

Los números oficiales ponen paños fríos a la expectativa presidencial respecto a un pronto rebote de la economía. Más bien, la actividad parece hundirse en un derrumbe que se acerca peligrosamente a una hiperrecesión, que se extiende a prácticamente todos los sectores de la economía.

La caída del 5,1% del PIB en la comparación interanual se desagrega, en efecto, en fuertes derrumbes en la actividad de los distintos sectores: la Construcción cayó un 19,7% en la comparación interanual (ia), golpeada por el freno a la obra pública; mientras que la Industria Manufacturera lo hizo un 13,7% (ia) por el freno a la actividad generado por la caída del consumo; y las actividades de Intermediación Financiera bajaron otro 13% (ia).

Sólo creció el sector de Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+10,2% ia), impulsado por un mejor tipo de cambio y la ausencia de la sequía que lo sacudió en 2023, lo que relativiza la mejora -ya que la comparación es con un parate histórico-.

En cuanto a la demanda, solamente tuvieron un incremento trimestral, en términos desestacionalizados, las Exportaciones con un 11,1% producto de la devaluación. Sin embargo, en la comparación interanual, la mayoría de los componentes de la demanda cayeron fuertemente, aunque el mayor descenso se observó en la Formación Bruta de Capital Fijo, con -23,4% interanual (ia). Por su parte, el consumo, componente de mayor peso en lo que se produce fronteras adentro del país, registró una caída del -6,7%, mientras que el gasto público se redujo un -5%. El primer indicador se explica por el golpe que sufrió el poder adquisitivo por los altos niveles inflacionarios y el segundo por el fuerte ajuste del gasto de la administración Milei.

Lo preocupante es que los analistas relativizan la posibilidad de un rebote cercano de la economía, como espera el jefe de Estado. “Por el lado de la oferta, salvo el agro y algo de energía, el resto todavía viene medio para atrás”, advirtió Sergio Woyecheszen, ex vicepresidente del Banco Central y dueño de la consultora Ceca. “Vamos teniendo el Emae (estimado mensual de la actividad) antes y ya sabemos que el PIB cayó nuevamente y con fuerza en el segundo trimestre. Lo que agrega es el detalle del lado de la demanda: cayeron el consumo, la inversión, un 23,4%, una barbaridad, más el gasto público”, agregó María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, quien pronosticó que “a nivel interanual va a dar negativo creo que todo el año. A nivel mensual puede que noviembre o a lo sumo diciembre veas alguna suba interanual. Eso tiene que ver con el efecto estadístico. Pero luego de haber caído fuerte el primer trimestre, los datos interanuales van a dar mal prácticamente todo el año, con mucha heterogeneidad por sector”.

La desocupación creció al 7,7% por el impacto del ajuste oficial

El bajón económico generado por el ajuste aplicado por el presidente Javier Milei como principal receta antiinflacionaria derivó en un fuerte aumento del desempleo de dos puntos porcentuales respecto a fines de 2023.

El Indec informó ayer que la desocupación creció al 7,7% al 31 de marzo de 2024, tras el 5,7% heredado del gobierno anterior, un mínimo histórico desde 1987. La cifra supera al 6,9% de desempleo del primer trimestre de 2023. También creció el indicador de Ocupados demandantes de empleo desde el 14,8% al 16% de la población y el de Subocupación desde el 9,4% al 10,2%. En el aumento también contribuyeron los despidos de empleados estatales, que son parte del ajuste oficial.

El dato implica que hay, aproximadamente, unas 1.700.000 de personas desocupadas, lo que supone unos 525.000 desocupados más solo en el primer trimestre del año. Esa cifra global está explicada por una destrucción de 310.000 empleos de manera directa (81.600 registrados y 228.400 en la informalidad), mientras que otros 214.000 responderían a un aumento de la oferta laboral que no logró conseguir trabajo. Lo cierto es que se trata del nivel de desempleo más alto desde el segundo trimestre de 2021, cuando la economía aún salía de los efectos de la cuarentena.

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