El mes de agosto inicia con los incrementos previstos para las tarifas de luz y gas, cuya quita de subsidios aplica para los usuarios de mayores ingresos y también para quienes no hayan completado el formulario de inscripción al Registro de Accesos a los Subsidios a la Energía (RASE), disponible hasta ayer. En tanto, los usuarios que corresponden a los niveles 2 (menores ingresos) y 3 (ingresos medios) no tendrán ninguna modificación respecto de la tarifa que abonaban.
Los usuarios del nivel 1 pagarán la tarifa plena, sin subsidios, de manera gradual. Tendrán un incremento promedio de $1.200 mensuales desde septiembre, hasta completar unos $3.500 desde enero de 2023. Mientras que los niveles 2 y 3 seguirán teniendo, en distintas proporciones, tarifas con subsidios estatales.
En líneas generales, pertenecen a la categoría del nivel 1 aquellos usuarios cuyos ingresos mensuales netos sean superiores a 3,5 Canastas Básicas Totales ($364.758,80), entre otros aspectos como posesión de varios inmuebles, autos nuevos o embarcaciones de lujo. En el otro extremo, están los usuarios con ingresos inferiores a una CBT ($104.216,80). Estos usuarios, del nivel 2, ya tuvieron un incremento del 21,6% en lo que va del año. Finalmente, los usuarios de ingresos medios correspondientes al nivel 3, no tienen que tener las características de los otros dos niveles y ya tuvieron un incremento del 42,7%.
El vicepresidente de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), Santiago Yanotti, prevé que en total se inscriban 11 millones de usuarios residenciales en todo el país. Hasta ayer, la mayor cantidad de solicitantes corresponden al sector con menos ingresos, y luego a los de ingresos medios. También informó que aún tienen tiempo quienes hayan sacado un turno en Anses.
Tras establecer los criterios de segmentación para identificar de forma más adecuada a distintos grupos de consumidores, desde la Secretaría de Energía el Estado busca crear un marco de “mayor equidad distributiva y justicia social”.
Este año aumentó la ayuda estatal a los usuarios mediante transferencias corrientes (subsidios), lo que equivale a $2 billones o unos 15.000 millones de dólares. El aumento en las ayudas se debe en parte por el atraso tarifario y, principalmente, por los efectos de la guerra en Ucrania, que disparó los costos del gas que importa la Argentina.