Funcionarios del Ministerio de Economía y técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvieron ayer una serie de reuniones en el Palacio de Hacienda para analizar el nivel de cumplimiento de las metas de la cuarta revisión del Acuerdo de Facilidades Extendidas, que habilitará un desembolso de US$ 5.400 millones por parte del organismo multilateral.
Como siempre, la necesidad de reservas del Gobierno de Alberto Fernández es acuciante, pero más aún luego de que se confirmara que los dólares del superávit comercial de 2022 se consumieron en turismo, fletes y pago de intereses.
Los equipos técnicos ya están revisando virtualmente los números de la economía en el último trimestre del 2022, el período que comprende la cuarta revisión y, si bien se estima que las metas del programa habrían sido cumplidas, también pondrán énfasis en el panorama que proyectan para el año en curso. Según señalaron voceros del Fondo, “en línea con revisiones anteriores, esta discusiones técnicas han comenzado en un formato híbrido”, al referirse que es tanto en forma virtual como presencial. Por eso no es de la partida el jefe de la delegación del FMI para Argentina, el colombiano Luis Cubeddu, quien mantiene un diálogo virtual con todas las partes en discusión.
Uno de los temas que la Argentina planteará nuevamente al FMI en las conversaciones es el impacto económico que tiene la guerra entre Ucrania y Rusia. A mediados de enero, el ministro de Economía, Sergio Massa, consideró que el organismo está incumpliendo su compromiso de revisar los costos de la guerra en Ucrania. “Argentina cumplió su programa, pero el Fondo Monetario no está cumpliendo con Argentina el revisar cómo van a compensar a los países que pagaron el costo de la guerra con su economía. Es un problema a resolver”, dijo Massa en ese momento.
A fines del año pasado, el Gobierno estimó en alrededor de US$5.000 millones los costos que la guerra tiene para la economía argentina, por la suba en los precios internacionales del sector energético, los fertilizantes y los fletes, que no alcanzaron a ser compensados por el incremento en los valores de los productos agropecuarios.
Alta fuga de reservas durante 2022
Los cobros por exportaciones que realizó el Banco Central sumaron US$ 90.532 millones en 2022, mientras los pagos de importaciones totalizaron US$ 68.715 millones.
Este gran superávit comercial cambiario de US$ 21.817 millones se esfumó sin embargo por el pago de los servicios y los movimientos de capital (pagos de deuda privada más compra de dólares), lo que explica que las reservas brutas del BCRA hayan aumentado solo US$ 4.925 millones. Incremento que se explica además por el último desembolso del FMI, con su contrapartida de incremento de la deuda pública total.
El año pasado por pasajes por viajes y otros pagos con tarjeta en el exterior y fletes y seguros se fueron US$ 10.296 millones. Y en intereses de la deuda pública y privada, otros US$ 7.291 millones, de los cuales US$ 1.785 millones correspondieron a pagos al FMI y US$ 851 millones a cancelaciones con otros organismos. Un total de US$ 17.587 millones.