Un informe contable fraudulento destapó un sorprendente hecho. Ahora, la culpable se enfrenta a la posibilidad de pasar 40 años tras las rejas.
La protagonista de la historia es Mary Margaret Kreuper, una monja jubilada de 79 años. La religiosa fue hasta 2018 directora de la escuela Saint James, en California, Estados Unidos, y durante 10 años malversó los fondos de la institución educativa.
Kreuper ordenó a empleados del colegio que alteraran y destruyeran registros financieros durante una auditoría al centro educativo, según el comunicado del Departamento de Justicia. Pero su accionar no hizo más que intensificar la investigación de las autoridades.
Al final, no le quedó otra alternativa que admitir haber desviado fondos de la escuela para gastos que su orden religiosa no habría aprobado, incluyendo «grandes gastos de juego incurridos en casinos» y facturas de tarjetas de crédito, a pesar de su voto de austeridad como monja.
Además, Kreuper aceptó en su acuerdo de culpabilidad que falsificó informes mensuales y anuales a la administración del colegio para encubrir su conducta fraudulenta y que engañó a la administración del colegio, haciéndoles creer que la contabilidad estaba al día.
De esa forma, la monja se declaró culpable de acusaciones de fraude y blanqueo de capitales por haber robado más de US$ 835.000 de un colegio para pagar sus gastos personales, incluidos viajes para apostar en casinos, según informó el Departamento de Justicia.
«Tan pronto como fue confrontada, aceptó toda la responsabilidad por lo que había hecho y ha cooperado completamente con las fuerzas del orden y la Arquidiócesis», dice el comunicado, y señaló que «ha estado sufriendo una enfermedad mental que la llevó a hacer algo que de otro modo no habría hecho».