Baba Vanga, conocida como la “Nostradamus de los Balcanes”, es una vidente que vaticinó antes de morir futuros atentados o catástrofes que finalmente se cumplieron. Algunas de sus profecías más famosas son los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas, la llegada del Covid y la guerra entre Ucrania y Rusia.
Si bien Vangelia Gushterova murió en 1996 a los 85 años, dejó predicciones hasta el año 5079 y, puntualmente, para el 2023 dejó cinco profecías.
Baba Vanga anticipó que “un gran país” llevará a cabo pruebas de armas biológicas en humanos y eso provocaría la muerte de miles de personas.
También predijo que se producirá una explosión en una planta nuclear, algo que ya sucedió con Chernóbil. Sin embargo, la guerra entre Ucrania y Rusia, y las consecuencias que puede haber en los alrededores de Zaporiyia, la mayor central nuclear de Ucrania y de Europa, preocupa especialmente.
Otro de sus pronósticos para el próximo año fue un cambio en la órbita de la Tierra, aunque no especificó en qué sentido ni si esa alteración podría suponer un grave problema a nivel medioambiental.
El cuarto vaticinio trata de una tormenta solar de una magnitud nunca antes vista en la Tierra, algo que provocaría un apagón masivo y fallos en las comunicaciones.
La última profecía habla de una medida gubernamental por parte de un país, que no especificó, que afectaría la natalidad. De esta manera, se prohibirían los nacimientos naturales y se presionaría a los laboratorios para que se encargasen de este proceso. Este es quizás el vaticinio que más llama la atención, pero también lo fueron en su día algunos como el Brexit o la pandemia de coronavirus.
Para sus seguidores, Baba Vanga era y sigue siendo una vidente que podía comunicarse con los muertos y tenía visiones sobre el futuro. Aseguraba que sus videncias eran posibles gracias a la presencia de entes que le informaban sobre las personas y sus vidas.
La reconocida vidente nació en Strumica, un pequeño pueblo de la República de Macedonia el 31 de enero de 1911 y falleció a los 85 años, el 11 de agosto de 1996. Su madre murió cuando ella era muy pequeña y creció con la ayuda de sus vecinos hasta que su padre se volvió a casar.
El gran cambio en su vida ocurrió al cumplir 12 años, cuando, según su relato, un tornado la levantó en el aire y la arrojó 400 metros a un campo cercano en el que la encontraron después de una larga e intensa búsqueda.
La gente del pueblo la encontró con sus ojos cubiertos de arena y polvo. Tanto, que no pudo abrirlos por el dolor, lo que provocó la pérdida de su visión. Desde ese momento Baba Vanga quedó ciega.
Famosa y admirada tanto en Rusia como en Europa Oriental, la vidente dejó un oráculo global sobre lo que pasará en el mundo en los próximos años.