Alan, un joven que invitó a una chica de Tinder a su casa atravesó la pesadilla más grande de su vida. “Fue casi una tragedia”, lamentó.
En este caso, la historia de Alan Moreno corroboró los peligros que puede haber dentro de las apps. “Parece de película y nunca crees que te puede pasar, pero sucedió. Una cita de Tinder se transformó en casi una tragedia”, sostuvo el usuario, en su cuenta personal de Twitter, y abrió un hilo contando el aterrador episodio que se volvió viral.
Todo comenzó un sábado por la noche, cuando él se encontraba con fiebre y ella se ofreció a ir hasta su casa a “cuidarlo”. Hasta ese momento, solo llevaban una semana de charla y no se habían visto personalmente.
No obstante, Alan decidió invitarla y, alrededor de las 12, llegó a su departamento. “Parecía muy buena onda, aunque se la notaba un poco nerviosa, y me sorprendió que mirara tanto la casa”, explicó el joven.
Transcurrieron dos horas más, se quedaron charlando y tomando vino, hasta que “Martina”, como dijo que se llamaba, se quedó sin puchos y él decidió salir al kiosco a buscarle un atado. “Segundo error”, aseguró.
Cuando regresó, volvió a tomar de su copa y notó un extraño sabor en la boca. “Noté un sabor muy raro (no seas paranoico Alan, pensé). La intuición me hizo ir al baño y escupirlo. La noche siguió, empecé a sentir miedo, pero trataba de no hacerme la cabeza: ‘¿Cómo te va a querer hacer algo?’”, narró.
Pese a que ya había varios indicios de que algo no estaba saliendo bien y su invitada le seguía insistiendo con las copas de vino, Alan no se animó a echarla de su casa. Vieron una película acostados y, alrededor de las 6.30 de la mañana, él se quedó dormido. Lo que no sabía era lo que “Martina” estaba planeando.
Ambos se habían acostado juntos, pero, hora y media más tarde, Alan se despertó y ella ya no estaba en la cama ni las llaves en la entrada del departamento. El terror corría por sus venas. “Una hija de put… desconocida tenía las llaves de mi casa y sabía dónde vivía”, comentó.
Fue entonces que decidió salir de su casa y vio lo impensado. “Cuando salgo del departamento, la encuentro en la escalera, se estaba llevando la tele, arrastrándola por el pasillo. Le gritaba algo a alguien a lo lejos. No llegué casi a decirle algo que me vio y empezó a correr con mis llaves en la mano”. “Se esfumó. Una hora más tarde y me desvalijaba la casa. Ni pensar en mi integridad física… la saqué demasiado barata. Dormí con una ladrona sin darme cuenta. No sé qué me puso en el vino, no sé por qué me expuse de esa manera”, lamentó el joven, tras pegarse “el cagazo” de su vida.
Su historia no tardó en volverse viral y obtuvo centenares de comentarios, muchos de ellos, cuestionándolo por invitar a una desconocida a su casa.