Tras ironizar con Casciari y la estafa Ponzi ante un cronista, un joven consiguió trabajo

En el medio del revuelo por las estafas piramidales, un joven en un móvil de C5N se hizo pasar por víctima de Zoe y el esquema Ponzi. Hernán Casciari lo vio y ya lo contrató para su revista "Orsai".

Tras ironizar con Casciari y la estafa Ponzi ante un cronista, un joven consiguió trabajo

El pasado 21 de febrero, en medio de la investigación y detenciones por las estafas de la causa Generación Zoe, un joven fue tendencia en la red social Twitter luego de hablar a las cámaras de C5N, durante una manifestación de damnificados por la estafa piramidal.

El chico pasaba por el lugar y el canal televisivo acudió a él para que diera declaraciones. En ese momento, el “verdugo” se plantó y comenzó a hablar con ironía y humor, diciendo falacias y utilizando el lenguaje “Twittero” escudándose detrás de un barbijo negro, lentes oscuros y una gorra.

En el móvil, finge ser una víctima más de las estafas, y en el medio lanza una acusación insólita hacia al escritor Hernán Casciari: «Yo entré acá por recomendación del Gordo Casciari, que también arma ponzi de libros, y la verdad es que no sé qué más hacer», dijo el joven, difamándolo en broma.

Mientras se desarrolla el reportaje, la conductora de C5N se dio cuenta que no era más que una cargada. El video no tardó en viralizarse y llegó al mismo Casciari, que lejos de molestarse, se asombró por el «ingenio» de sus respuestas. Y no sólo eso, sino que terminó contratándolo para que trabaje en la revista Orsai.

En este marco, el escritor detalló cómo fue toda la historia hasta dar con el joven, que se llama Jeremías Madrazo. «Yo me enteré del asunto casi al instante porque Chichita, mi mamá, me llamó llorando ‘¿Estás estafando gente de nuevo, Gordo?’, me decía, ‘¡Te descubrieron en la televisión!'», contó Casciari en una nota de su web.

«Por supuesto yo no conocía a este muchacho y jamás en la vida le recomendé entrar a ninguna parte, pero al instante lo amé», aseguró. Luego de ver la entrevista más de una vez, señaló que le llamó la atención «la forma en que el chico encadena una mentira tras otra, gradualmente, intercalando ideas absurdas y a la vez creíbles». «Me dieron muchas ganas de conocerlo y de invitarlo a jugar a casa», agregó.

De esta manera, se propusieron la misión de encontrarlo: «No fue difícil dar con su nombre real porque él mismo subió a su Twitter la broma. Descubrí que tiene 26 años, que hace videos», a la vez que mostró una foto de su rostro, detrás de todos los «tapujos» que tenía.

Luego, fue directo: «Me comuniqué con él primero por DM y le pedí su Whatsapp. Una vez en ese terreno, le pregunté muy seriamente si le gustaría trabajar con nosotros».

«Su respuesta me hizo reír. Me dijo: ‘Desde los 17 años quiero trabajar en Orsai’. Y al día siguiente empezó», concluyó Casciari, cerrando de esta manera una icónica historia para el mundo de Twitter y los medios de comunicación.

 

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