El musical de El Principito dejó nostalgia en Córdoba

Un impactante despliegue escénico y un elenco de artistas consagrados hicieron que “El Principito, una aventura musical” emocione a los espectadores.

El musical de El Principito dejó nostalgia en Córdoba

El Principito, una aventura musical. Foto: Hoy Día Córdoba.

Un niño que no quiere crecer. Que hace muchas preguntas y se alegra por algo tan simple como una flor. Pero que no lea esto la rosa de El Principito porque se pondría muy triste al saber que la califiqué de “simple”. No me refiero a ella, me refiero a la emoción que pueden traer las simplezas del día a día. Esa que disfrutan los niños, y que los grandes solemos pasar por alto.

El pasado jueves se presentó “El Principito, una aventura musical” en el Espacio Quality de Córdoba. Con niños y adultos como espectadores. Reflejando una obra que desde siempre dejó algo en los corazones de los más chicos (a veces leído por obligación) y de adultos que lo releen y resignifican, aquellos que en momentos difíciles quieren volver a ser niños, a “no tener responsabilidades” y ser inocentes.

Desde el comienzo el musical tuvo una impactante escenografía con pantallas gigantes que ampliaron la puesta de espacios claves como el Sahara y el espacio estelar y efectos especiales que interactuaron con la escena en vivo a lo largo de los 90 minutos que dura la obra. El paso del niño por los planetas se mostró como una fusión entre lo que escribió Antoine de Saint-Exupéry hace más de 80 años y la contemporaneidad, con guiños a la Selección Argentina y las tendencias en redes sociales.

Con 17 artistas en escena, que brillaron con sus actuaciones y bailes, entre ellos Luis Rodríguez Echeverría, como El Principito, el reconocido cantante Juan Carlos Baglietto en la piel del Aviador, su hijo Joaquín Baglietto como el Hombre de Negocios, Walas de Massacre incursionando por primera vez en el teatro musical con el papel del Rey, el freestyler Zaina con su propio rap siendo el Vanidoso, Flor Otero como la Serpiente, Roberto Catarineu del Zorro y Carlos March del Bebedor.

La experiencia de la mayoría de ellos se hizo notar, y muchos otros sorprendieron al animarse a ir más allá de lo que venían haciendo. Por su parte, Echeverría, quien interpretó al protagonista, tuvo un parecido muy bien logrado con el personaje, desde los aspectos físicos hasta la dulzura e inocencia del niño. Pero eso no es eso lo que más sorprende sino su gran voz y actuación siendo que este es su primer protagónico.

Los aspectos más emocionales de la obra fueron transmitidos con éxito pero parecieron insuficientes frente a la cantidad de canciones, a veces innecesariamente largas, sobre todo por algunas frases icónicas que se pasaron por alto. Respecto de la música, se alcanzó una rica variedad de ritmos y géneros que incluyó el rock, el rap y el reggaetón, muchos relacionados con las personalidades y apariencias de los personajes.

Es un musical para recomendar, para revivir una historia que a muchos nos marcó y recordar que “lo esencial es invisible a los ojos”. Porque, aunque algunos detalles puedan discutirse, “El Principito, una aventura musical” logra despertar esa nostalgia tan propia de la obra original y regalarnos un momento para volver a mirar el mundo con ojos de niños.

Salir de la versión móvil