Esta nota de opinión está totalmente descorrelacionada con los artículos anteriores que solemos publicar en Dracma. No será una nota técnica de análisis de mercado propiamente dicho, sino más bien, una simple opinión de lo que creemos que está pasando en la economía PyME, tanto en Capital Federal como en el interior del país. Comentaremos brevemente patrones comunes que observamos en las decisiones de los dueños y gerentes de las PyMEs y buscaremos dejar algunas advertencias y consejos en base al camino que puede ser más conveniente seguir.
Como asesores comerciales, formamos parte del equipo de Dracma que tiene contacto directo con el cliente. Es decir, tenemos la “mesa de trading y operaciones” que son quienes operan y planifican estrategias para maximizar el rendimiento de acuerdo al nivel de riesgo dispuesto a asumir. Ellos parten del ideal y luego lo adaptan a las necesidades de los clientes. En nuestro caso es al revés, visitamos personas y sobre todo empresas, detectamos cuáles son sus problemas y necesidades e intentamos darles una solución financiera. Utilizamos las estrategias de la mesa, quienes tienen el know how técnico, y nos adaptamos a los distintos niveles de conocimiento sobre el mercado de capitales, tanto de los gerentes financieros de las PyMEs como de sus dueños. En pocas palabras, llevamos a tierra conceptos súper técnicos para poder adaptarlos a mejorar las finanzas personales y corporativas. Pretendemos hacer de esta nota de opinión algo más real, menos técnico y darles algunos consejos en base a lo que estamos viendo en la calle, lo que vemos en las empresas, en los depósitos de stock, en el pensamiento de los gerentes y de los dueños.
Estamos en un momento, donde la economía argentina se ha convertido en un “Sálvese quien pueda”. Las decisiones macroeconómicas, que muchas veces se subordinan a intereses políticos, nos han convertido en un país donde priorizamos nuestra supervivencia económica por sobre la de la sociedad. Capaz no esté mal, o si, pero con seguridad no es del todo culpa nuestra, ni de las empresas, ni de los empleados, sino con una mayor responsabilidad en intereses políticos que no se coindicen con los intereses de la economía.
Ponemos el ejemplo de un papá que tiene que mantener a su familia. Un mes puede gastar más de lo que le entra, utilizando por ejemplo, tarjetas de crédito. El segundo mes también puede seguir estirando lo inevitable, tal vez pidiendo a un amigo, pero a la larga esto no es sostenible. Un país funciona de la misma manera, si un estado gasta más de lo que le ingresa, puede: pedir prestado a otros países u organizaciones o emitir dinero. Claro está, ¡Nada es gratis! Como a ningún país o inversor del mundo se le ocurre prestar a Argentina, la emisión fue la solución para mantener el sobredimensionado estado. Consecuencia de esto: inflación y más inflación.
¿Qué consecuencia tiene la inflación prolongada en el tiempo? Crea distorsiones en precios relativos. Lo seguimos simplificando para que se entienda bien. Nadie quiere perder poder adquisitivo, esto se convierte en una guerra: paritarias, suben los sueldos. Las empresas ven que sus inputs se encarecen, no solo por aumento de costos salariales, y de insumos, sino también por mayor carga impositiva. Sus márgenes bajan, ¿y qué hacen? suben los precios de venta de sus productos o servicios, y los trabajadores y empresas ven sus costos elevarse. Por otro lado, las empresas están viendo constantemente si sus competidores aumentan de precios o restringen la oferta, para adoptar la misma estrategia. Así sucesivamente.
En el mundo invertir es sinónimo de acrecentar ahorros. En Argentina invertir es cubrirte la espalda de la inflación y de la suba del dólar, por lo menos, salir hecho contra la pérdida de poder adquisitivo. Y como si esto fuera poco, si no lo haces… ¡estás en el horno! Perdiste 60% de tu poder adquisitivo en un año. Te distraes, porque no sos economista ni analista financiero y de repente perdes, perdes y perdes… Nos tenemos que convertir forzosamente en artistas financieros siendo que nuestro expertise, tal vez sea, la producción agropecuaria o tal vez, seas arquitecto o comerciante. Estas ocupando tu tiempo pensando en cómo salvarte de no perder dinero por la inflación mientras podrías estar planeando como mejorar en tu actividad principal. En fin, de hacer lo que vos sabes hacer.
Economía de la calle
Acá volvemos un poco al título. ¿Qué vemos en las empresas que visitamos? Todas las semanadas viajamos al interior de Córdoba: San Francisco, Rio IV, Jesús María, para visitar a muchas de empresas. Estamos viendo:
- Empresas súper apalancadas y otras cero apalancadas. No hay situaciones intermedias.
- Gerentes financieros perdiendo el pelo para correr contra las cámaras. Debido a la tremenda logística que implican los CPD´s (y el ganar días de inflación)
- Galpones repletos de mercadería.
- Empresas casi fundidas y otras absorbiendo a las más chiquitas.
- Equipos de administración más grandes que los equipos de producción.
En definitiva, vemos una lucha constante contra la inflación. Vemos guerra de precios relativos. Tiempo gastado en si me conviene descontar el cheque para ganar algo de descuento por pago al contado a alguien que esta con la cámara bancaria al límite. Vemos oportunidades de inversión perdidas por miedo a que cambien las reglas de juego y al no poder estimar el retorno esperado.
Una forma que utilizan las empresas para cubrirse de la inflación es mantener los depósitos llenos de mercadería. Guardan un producto hoy y lo venden en un año 60% más caro. Inmovilizar mercadería tiene costo y es riesgoso. Los más despiertos, saben que las tasas de interés son negativas y se apalancan a más no poder. Apalancarse tiene un riesgo también, puede cortarse temporalmente la cadena de pagos.
Tener equipos de administración más grandes que los de producción y correr constantemente para cubrir cámaras no es correcto. Claramente hay procesos que no están funcionando. Esto es consecuencia de patear al máximo pagos y mezclar capital de trabajo con necesitadas de largo plazo.
No nos queremos estirar mucho más. La inflación ya forma parte de nuestro tiempo, debemos tener mucho cuidado y estar constantemente defendiéndonos para que nuestros precios relativos no pierdan frente a los de nuestros competidores.
Oportunidades
En toda esta confusión de precios existen oportunidades. Muchos clientes nos preguntan, ¿cómo hago para obtener la mejor rentabilidad con los excedentes en pesos que tengo? Existen alternativas que implican tiempo y logística, pero las hay. Siendo conservador, podrías colocar en fondos que siguen la inflación.
Te damos un mejor consejo, aunque no lo creas, hoy es el mejor momento para ampliar tu negocio y dedicar tu tiempo a lo que vos realmente sabes hacer. ¿Porqué?
Supongamos que tu negocio rinde 5% en dólares después de pagar todos los impuestos (saquemos por un rato el riesgo de la ecuación). Qué pasa si tomas pesos a tasa 50% a 180 días y compras insumos para tu negocio, puede que hoy no te alcance la capacidad productiva, pero en algún momento del año si, y además de ganarle 1% mensual (diferencia entre tasa tomada al 50% y inflación de al menos 62%). Estarías aumentando el volumen de tu producción, agrandando tu empresa, ganando parte del mercado de la competencia, y además seguís con el margen del 5% de tu negocio.
Es decir, estarías multiplicando ese 5% de rentabilidad por la producción marginal, lo que tal vez haga subir ese 5% a un 8%, si las matemáticas no nos fallan. Como si esto fuera poco, al tomar prestado dinero, los intereses se descuentan de ganancias y así mejorarías aún más en la rentabilidad final. Esto no es para todos, tenes que tener una empresa organizada y margen en la escala de producción, entre otras cosas, como pueden ser tener clientes y proveedores cumplidores, existir margen de venta en el mercado, tener los procesos aceitados, tener capacidad de stock, etc.
En fin, en este momento de turbulencias económicas, debemos estar atentos a oportunidades y por sobre todo, protegidos contra la inflación galopante. Una buena alternativa es dedicar tu tiempo a hacer lo que mejor sabes hacer y contar con el asesoramiento financiero de especialistas.
Consejos
Comenzando por las empresas, les aconsejamos que tomen líneas de crédito. Las tasas son negativas. Sean prolijos y prudentes. No tomen más de lo que su sistema administrativo financiero pueda gestionar o repagar.
En cuanto a las personas, no dejen el dinero inmovilizado ni dos minutos. Coloquen en fondos atados al índice CER o algún semejante que persiga la inflación y algunos puntos más, o cambien sus pesos por dólares, pero con seguridad, no se frenen.
Entendemos que las finanzas no sean su expertise, pero en este país si no las manejas, tenes dos opciones: te pones al día con el tema o contratas a alguien que lo siga por vos. Si no lo haces, estas en problemas.