El trabajo de las 120 bibliotecas populares de la provincia

El Gobierno impulsa políticas que acompañan estos espacios claves para el acceso al conocimiento y la participación social.

El trabajo de las 120 bibliotecas populares de la provincia

Córdoba cuenta actualmente con 120 bibliotecas populares activas distribuidas en ciudades, comunas y parajes del interior provincial. El objetivo central es llevar la lectura y la cultura directamente a los territorios.

Estas bibliotecas buscan promover el vínculo entre cada institución y su comunidad. Además, funcionan como espacios de encuentro que atraviesan generaciones.

Espacios culturales creados desde la comunidad

Las bibliotecas populares surgieron del impulso colectivo y son gestionadas por vecinos comprometidos. Por eso, se han convertido en mucho más que lugares para prestar libros.

Hoy funcionan como faros culturales, nodos de memoria y ámbitos de resistencia frente a contextos adversos. También representan la continuidad de una tradición organizada desde la base social.

Políticas públicas con enfoque comunitario

Desde el área de Pensamiento Latinoamericano y Bibliotecas Populares de la Agencia Córdoba Cultura se desarrollan políticas públicas con perspectiva comunitaria y cultural. Este trabajo se sostiene mediante una articulación activa entre el Estado y las asociaciones civiles.

El objetivo es favorecer el diálogo, la cooperación y el fortalecimiento de proyectos con impacto territorial. De este modo, cada biblioteca potencia su presencia en su entorno.

Un entramado que se expande

Los programas impulsados por la Agencia Córdoba Cultura incluyen financiamiento, provisión de libros e insumos, y el acompañamiento permanente a las organizaciones. Además, se suman iniciativas literarias que fortalecen el ecosistema cultural provincial:

Muchas de estas acciones se coordinan con otras áreas del Estado, como el Ministerio de Educación. Así se amplía el alcance territorial y se fortalecen las actividades comunitarias.

Desde 1991, las bibliotecas populares cuentan con respaldo legal gracias a la Ley N.º 8016, que reconoce a las instituciones creadas por asociaciones civiles para brindar un servicio cultural gratuito y abierto.

Para Leandro Calle, jefe del área, estas instituciones son “trincheras culturales, espacios de resistencia y encuentro construidos desde la gratuidad y la voluntad de la gente”. Además, señaló que allí “la cultura florece a pesar de los constantes avasallamientos de la coyuntura”.

“En un pueblo donde hay una biblioteca popular, se da un paso adelante en la cultura”, afirmó.

Una historia que sigue viva

El origen de las bibliotecas populares se remonta al siglo XIX, cuando Domingo Faustino Sarmiento impulsó su creación para democratizar el acceso al saber. Más tarde, el 23 de septiembre de 1870, se fundó la CONABIP, fecha que hoy se celebra como efeméride nacional.

Desde entonces, estas instituciones evolucionaron sin perder su esencia comunitaria. Ya no son solo espacios de lectura, sino centros sociales, culturales y educativos.

Hoy alojan talleres, ciclos de lectura, actividades artísticas y propuestas comunitarias diversas. En muchos pueblos, son el único acceso a la información y la cultura.

Las bibliotecas populares ofrecen contención y participación, y sostienen proyectos donde el Estado a veces no llega. A cambio, reciben el apoyo de las comunidades que las consideran parte de su identidad.

Cómo nace una biblioteca popular

Crear una biblioteca popular requiere la voluntad organizada de un grupo de vecinos. En general, comienzan a partir de colectas, donaciones y acuerdos con entidades públicas o privadas.

Luego, mediante una asamblea constitutiva, avanzan hacia su formalización legal y su reconocimiento institucional. Aunque el proceso puede ser complejo, marca un punto de inflexión en la vida cultural del lugar.

Donde surge una biblioteca, aparece también un espacio para la palabra, la participación y la formación ciudadana. Allí la comunidad encuentra un ámbito propio para expresarse.

El Estado provincial y su rol en la defensa de la cultura

El Gobierno de Córdoba asumió un rol activo en la protección de las bibliotecas populares. Esta política busca preservar espacios comunitarios que promueven la ciudadanía crítica y participativa.

En un contexto nacional marcado por recortes y dificultades económicas, la decisión provincial apunta a sostener la cultura como derecho. Y también a garantizar el acceso equitativo al conocimiento.

El impacto de estas instituciones en la vida social es profundo. Son mucho más que guardianas de libros: habilitan participación, expresión y comunidad.

Leandro Calle agregó que “el desafío actual es repensar el rol de las bibliotecas populares en el siglo XXI”, incorporando nuevas tecnologías y formas de acceso a la información. Según explicó, se necesitan bibliotecas “más dinámicas, interactivas y conectadas”.

“En este escenario, el compromiso sostenido de la Provincia es fundamental para que las bibliotecas sigan siendo motores culturales en todo el territorio”, completó.

Cómo colaborar o conocer más

Quienes deseen colaborar o conocer más sobre las bibliotecas populares de Córdoba pueden visitar el sitio oficial de la Agencia Córdoba Cultura. También pueden acercarse a la biblioteca popular más cercana para sumarse a sus actividades.

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