Tras una Nochebuena que obligó a muchos a buscar el cobijo del techo, el firmamento cordobés parece haber firmado un pacto de tregua para la despedida del 2025. Una ola de calor persistente comenzará a trepar por las fachadas coloniales y los patios de las sierras, convirtiendo esta última semana del año en un prólogo vibrante de lo que será el corazón del verano.
El lunes arrancará con un sol que juega entre nubes, marcando una máxima de 34°C que solo será el preludio de lo que vendrá. El martes, el cielo se despojará de cualquier velo, permitiendo que el termómetro escale hasta los 36°C, despertando ese rumor de chicharras que es música obligatoria en nuestras tardes mediterráneas.
Sin embargo, el protagonismo absoluto se lo llevará el miércoles 31 de diciembre. En una jornada diáfana y de una luminosidad absoluta, Córdoba alcanzará los 38°C. Pero el verdadero regalo llegará con la caída del sol: a diferencia del clima caprichoso de la Navidad, la última noche del año promete una atmósfera cálida y serena, con una mínima de 23°C que invitará, casi por mandato tradicional, a sacar la mesa afuera. Bajo el manto de estrellas y el brindis de medianoche, las familias cordobesas podrán recibir el 2026 en el patio, la vereda o el jardín, celebrando el reencuentro sin mirar de reojo al cielo.
El estreno del nuevo año, el jueves 1 de enero, llevará el rigor del verano a su punto máximo con 39°C. Será una jornada de calor sofocante donde una lluvia ligera podría asomar para intentar mitigar el fuego estival, antes de que el viernes el cielo vuelva a despejarse con unos todavía intensos 36°C.
Preparemos el hielo y dispongamos los brindis: Córdoba se enciende para despedir el año con su fuego más auténtico.