El empresario Lázaro Báez salió anoche de la cárcel de Ezeiza tras más de cuatro años preso, luego de que el Tribunal Oral Federal 4 le concediera el arresto domiciliario sin necesidad de pagar fianza, pero horas más tarde tuvo que regresar porque vecinos del country Ayres del Pilar, donde iba a cumplir la continuidad de la condena, impidieron su ingreso.
El lunes por la mañana, la Cámara Federal de Casación Penal le otorgó el arresto domiciliario en una de las tres causas por lavado de dinero en la que es investigado, pero para que esa decisión se hiciera efectiva faltaba la autorización del TOF 4, lo que sucedió en horas de la tarde.
Tal como lo indicó la Casación en su fallo, el Tribunal Oral 4 -que lo enjuicia por las maniobras llevadas a cabo en la financiera SGI, conocida como «La Rosadita»- afirmó que Báez podía salir de Ezeiza sin necesidad de cumplir con la caución que le habían fijado en 386 millones de pesos.
Pasadas las 19:30, el empresario salió de la cárcel a bordo de un automóvil del Servicio Penitenciario Federal (SPF), que lo trasladó hasta su casa ubicada en el barrio privado de la localidad bonaerense de Pilar, Ayres de Pilar, donde tendría una tobillera electrónica.
Sin embargo, al llegar allí uno 100 vecinos intentaban evitar su ingreso mediante una protesta, que obligó al rodado a regresar hacia la Autopista Panamericana, hasta que se lograra la calma.
En el cuarto intento, Báez logró entrar a pesar de la resistencia de los habitantes del lugar, quienes rodearon al vehículo y le rompieron el parabrisas. Sin embargo, el automóvil no pudo avanzar demasiado y ello obligó a que se retirara del lugar.
Asimismo, los vecinos impidieron también la entrada de los abogados de Báez, a quienes les arrojaron huevos.
El rodado del SPF se retiró de Pilar en dirección primero a a la cárcel de Villa Devoto, donde se presume que cambiaron de vehículo al tener los vidrios delanteros rotos, y luego hacia Ezeiza para después resolver su situación, mientras los vecinos tenían previsto montar una guardia porque creían que lo podían hacer ingresar al country durante la madrugada.
Los jueces Guillermo Costabel, Horacio Obligado y Jorge Gorini, consideraron que, más allá de la discrepancia con la Cámara de Casación, correspondía hacer lugar al pedido y otorgarle a Báez la domiciliaria.
El empresario estaba alojado en Ezeiza desde abril de 2016 y la decisión judicial de permitirle el acceso al arresto domiciliario tuvo que ver con que se vencieron los plazos de la prisión preventiva para lo cual hay un tiempo máximo legal de 3 años, sumado a que no tiene ninguna condena por el momento.
Semanas atrás, el fiscal de juicio Abel Córdova pidió para el empresario una condena de 12 años de prisión por lavado de dinero, en el marco de la causa conocida como «La ruta del dinero K», aunque en las otras dos causas todavía no tiene fecha de inicio del juicio.
La defensa de Báez había dicho que el monto de la fianza era imposible de pagar, algo que ahora no debió cumplir para salir.
La decisión de morigerar la detención de Báez fue en la causa por la compra de un campo en Uruguay llamado «El Entrevero», donde se sospecha de una maniobra de lavado de dinero, aunque seguirá siendo investigado en esa y en otras dos causas por el mismo delito.
Una es en la de la «Ruta del dinero K» y la otra es conocida como «M&P», el nombre de una de las empresas de Báez, en la que el TOF 4 inicialmente había establecido una caución de más de 600 millones de pesos, pero luego por orden de la Casación la rebajó a 382 millones.