Como consecuencia, se perdieron alrededor de 40.000 hectáreas de bosque nativos en la provincia y también las llamas dejaron el saldo de tres víctimas fatales. Sin embargo, durante el último fin de semana, unos 60 a 80 brigadistas continuaron trabajando para controlar y resguardar algunos sectores que se salvaron del fuego.
Por el momento, todavía no hay un reporte oficial sobre el relevamiento de los daños, pero la provincia puso a disposición recursos para los productores afectados, y asociaciones de protección animal, socorrieron a la fauna.
Los incendios comenzaron el pasado viernes, aparentemente por la caída de tres rayos durante una tormenta eléctrica, causa que investiga la Fiscalía de Instrucción de Dean Funes.
Las personas fallecidas fueron: Miguel Armas (48); Namir Cáceres (21) y su hermano Jesús (27), quien falleció el jueves último luego de cinco días de internación con el 80% de su cuerpo quemado.
El incendio en el norte afectó una superficie mucho mayor al reportado en agosto último en el valle de Paravachasca donde las llamas alcanzaron a viviendas locales.