Una fuga en un oleoducto submarino produjo que decenas de miles de litros de petróleo se derramaran en el Golfo de Tailandia, en tanto la situación en Perú no afloja y autoridades gubernamentales denunciaron un nuevo derrame sobre las costas del país.
Durante los últimos días se puso nuevamente la lupa en las grandes petroleras a raíz del desastre ecológico que perjudique gran parte de las zonas costeras de Perú que se encuentran protegidas por su importancia para el ecosistema local.
Sin embargo, en la jornada de ayer se dio a conocer otro derrame en otro punto del planeta. En esta línea, autoridades de Indonesia dieron a conocer ayer la noticia de una fuga en el oleoducto de Star Petroleum Refining Public Company Limited (SPRC), a unos 20 kilómetros de la costa de la provincia de Rayong, al este del país asiático. La pérdida habría iniciado el martes y científicos ya fueron movilizados a la zona para contener el derrame. La empresa calcula que se derramaron entre 20 y 50 toneladas de petróleo. Por el momento, las débiles corrientes mantuvieron el petróleo alejado de la costa y no habría ningún impacto en la vida marina.
Por su parte, en Perú, el Ministerio del Ambiente informó a través de un comunicado que hubo ayer una segunda fuga de crudo en la costa peruana. El hecho habría ocurrido durante las labores en un ducto submarino de la refinería de la compañía española Repsol para investigar las causas del gran derrame registrado el 15 de enero. El parte oficial no precisó la cantidad de crudo vertida al mar, en tanto Repsol negó que se haya producido un segundo derrame y señaló ayer en un comunicado que durante los trabajos realizados el martes en la infraestructura, se generó un “afloramiento controlado de remanentes”.
Esta segunda fuga se produce cuando cientos de brigadistas trabajan contra reloj en las playas de Perú para limpiar los 6.000 barriles de petróleo derramado hace 11 días cuando un buque tanque descargaba crudo en la refinería La Pampilla de Repsol a 30 kilómetros al norte de Lima.