Mientras los productores y las cadenas del agro comenzaban a resetear su situación y observaban también cómo evolucionaba el mercado cambiario para determinar cómo impactarían los anuncios económicos del gobierno nacional en el inicio mismo de la cosecha gruesa, las declaraciones del presidente Javier Milei que les sugirió apurar las liquidaciones de los granos antes que se revierta la baja de retenciones dispuesta hasta el 30 de junio cayeron como un baldazo de agua fría.
Lo primero que el sector agropecuario había logrado es obtener la unificación del tipo de cambio con la implementación de un solo dólar para importadores y exportadores. No era menor, ya que las entidades del agro habían sugerido en 2023 que la brecha cambiaria era incluso más perjudicial que los derechos de exportación.
En aquel momento, la brecha había superado el 100% primero y luego alcanzó el 200%. La gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa intentó compensar eso con las distintas versiones de “dólar soja” o “dólar agro”, que fueron perdiendo efectividad.
Con la salida del cepo anunciada el viernes y puesta en marcha del lunes último ese capítulo se terminó y fue celebrado por el campo. Pero a media mañana, el Presidente recomendó “a los del campo” que liquiden antes del 30 de junio porque después volverá el anterior esquema de derechos de exportación para soja, maíz y trigo.
Es decir, cumpliría el Gobierno con el anuncio de que la baja era temporal y duraría hasta el último día de junio. ¿Por qué entonces el enojo si no haría otra cosa que cumplir lo anunciado en enero?.
En primer lugar por las expectativas. Más allá de que el Gobierno argumentó que bajaría momentáneamente las retenciones porque tenía margen fiscal para hacerlo, pero que sólo llegaría hasta el 30 de junio, muchos interpretaron que ese plazo era en realidad una meta que luego se iba a postergar.
En gran medida no creyeron que se tratara efectivamente de algo transitorio. Es más, no eran pocos los que creían que era el comienzo de un camino de retenciones a la baja y que el 30 de junio iba a ser sólo la primera estación.
Se sabe que en los primeros 40 días de cosecha, incluyendo fines de abril y todo mayo, se liquida casi 45% de la soja que se utiliza para cancelar los compromisos de servicios e insumos que se pagan a cosecha. Eso es lo habitual. Pero otra parte se va entregando a medida que corre el año para hacer frente al pago de alquileres, la campaña fina, la planificación y siembra de la gruesa y los gastos de servicios y logística de ese próximo ciclo.
Luego de escuchar al Presidente y su sugerencia, a muchos les molestó la forma en que el mandatario se dirigió al sector cuando dijo “los del campo”. Leyeron ahí cierto trato despectivo.
Pero en tercer lugar, aunque no menos importante, es la ecuación económica que construyen los productores. En el inicio de la cosecha, y por los próximos 75 días habrá dólar unificado y libre entre bandas y retenciones con las bajas dispuestas a principios de año. Pero esta segunda parte será, según confirmó el Presidente, abolida el 1 de julio. Por entonces, muchos lotes de maíz todavía estarán sin cosechar y buena parte de los granos seguirá en manos de los productores, que ayer plantearon su malestar por los dichos de Milei.
En el campo cordobés fueron varias las voces que se alzaron para reflejar su disconformidad con el planteo del mandatario, reveló el diario Puntal de Río Cuarto.
“La rentabilidad del productor está comprometida. Y también nos preocupa la evolución del tipo de cambio: si el dólar baja, se profundiza el impacto negativo sobre la actividad. Queremos recordar que lo verdaderamente transitorio —y que ya lleva 23 años— son las propias retenciones, una carga que ha afectado sistemáticamente al sector productivo”, lanzó Vanesa Padullés, presidenta de Coninagro Córdoba, al ser consultada sobre lo manifestado por Milei.
En esa línea, el riocuartense Javier Rotondo, vicepresidente de CRA, remarcó que “en general el productor pasó de cierta convalidación y satisfacción por el acuerdo con el FMI y la eliminación del cepo a encontrarse con un cachetazo discursivo; todo en un mismo día”.
Para el directivo nacional, la declaración del Presidente “ha generado mucha frustración, mucha preocupación, y sobre todo mucha amargura en el productor. Porque incluso utilizar de manera peyorativa la palabra ‘los del campo’, sumado a una especie de invitación vehemente, por no decir amenaza, para salir rápidamente a vender generó malhumor.
Por otra parte, desconociendo totalmente el sector agropecuario, debido a que quien liquida las divisas son los exportadores y no los productores, por lo tanto no hace más que no ayudar para nada a que el campo vea en la figura del presidente y en su gobierno una oportunidad. Aparte porque ya está de más decir lo que significa el repudio desde nuestro sector a los derechos de exportación, la exacción y la transferencia de recursos que significa. Pero parece ser que todos los gobiernos independientemente del signo político se enamoran de esa caja”, disparó Rotondo.
También el directivo y productor agropecuario de Oliva, Gabriel De Raedemaeker, deseó que las declaraciones del Presidente solamente se traten de dichos ocasionales “y que no se cometa la tontería, la estupidez de volver atrás con algo que era la marca de un buen camino como es la disminución lógica de los derechos de exportación que debería ser muchísimo más rápida que lo que se viene dando. Yo creo que si esto vuelve a los niveles anteriores, es decir, que se retrotrae, va a haber un descontento muy grande por parte de los productores, como ya lo vemos incluso en las redes sociales; y esto puede traer un quiebre en la buena predisposición que hay con el Presidente en virtud de los sacrificios que todos los sectores tenemos que hacer para poner al país en este camino que hay que seguir para salir de la decadencia. Pero si vuelve marcha atrás yo creo que va a ser tomado por los productores casi como una traición”.
Respecto a la fecha límite, el directivo de Oliva remarcó que “si bien esto había sido anticipado, los productores confiamos en que no iba a haber incrementos impositivos, sino que por el contrario vamos a transitar un camino firme de disminución tributaria empezando por los derechos de exportación, hasta su completa eliminación”.
En ese sentido, Rotondo también deseó que se trate “solo en un exabrupto; para junio falta tiempo, hay que tener un poco de cautela y calma, pero sería una muy mala señal si esto se cumple y si sigue con este discurso altisonante que de nada ayuda al Presidente de la nación”.
Por último, Padullés destacó que “el presidente Milei tiene hoy una gran oportunidad histórica: cumplir con el principio de libertad que tanto promueve, y eliminar definitivamente los derechos de exportación”. Y sugirió que “suspender la baja es una señal que contradice ese camino, y que incluso suena a una amenaza hacia el productor, que decide qué hacer con su propia producción. Desde Coninagro Córdoba seguiremos sosteniendo con claridad que la libertad también se construye con reglas estables, previsibilidad y respeto a la propiedad privada”, concluyó la productora de Leones.
Duro comunicado de la Mesa de Enlace provincial
La Mesa de Enlace provincial finalmente acordó los términos de un comunicado conjunto en el que planteó fuertes críticas a los dichos del Presidente sobre apurar la liquidación ahora antes que las retenciones vuelvan a subir. “En un giro inusual, ha abandonado su (declamada) inclaudicable lucha contra la intervención del estado sobre las personas. Y ha amenazado, para forzar a los productores a vender su producción”, indicaron las entidades cordobesas.
Y agregaron: “Los comentarios de hoy parecen olvidar que lo que el FMI aporta con grandilocuencia — 20.000 millones de dólares—, el sector agropecuario lo invierte cada año en la tierra, sembrando futuro, desarrollo y empleo en cada pueblo del país”.
Luego, pidieron: “Es necesaria una revisión de la posición que ha expresado el Gobierno”.
Más tarde, sugirieron cierto paralelismo con otras gestiones gubernamentales: “No creemos posible que los distintos sean iguales y esperamos que no se repitan los episodios donde se distorsionaba el mercado de acuerdo con las necesidades coyunturales del gobierno”.
Y cerraron: “Un gran país es imposible si no defendemos a quienes producen, invierten y generan valor todos los días”.
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