Juez electoral, se busca
En la biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC el martes se vivía un clima tenso y vibrante, propio de un examen donde muchos se juegan el futuro profesional. Pero no se trataba de alumnos de grado sino de los 57 aspirantes a cubrir la vacante de juez federal de primera instancia de Córdoba. El cargo no solo es de enorme importancia en los tribunales de Concepción Arenal, sino en la política de la provincia porque es el que posee competencia electoral y que estuvo a cargo de Ricardo Bustos Fierro hasta hace unos años.
Siguiendo la escena estaba el senador Luis Juez como integrante del Consejo de la Magistratura y también como autoridad judicial el presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, Abel Sánchez Torres, quien cruzó miradas nerviosas con su hija María Agustina Sánchez Torres, que integró el grupo de examinados. Otro referente de la Sagrada Familia fue Diego Sánchez Freytes, hijo del juez federal Alejandro Sánchez Freytes.
Entre otros que se sometieron a la prueba escrita figuran la fiscal de Villa María, Juliana Companys, a quien se la recuerda por su intervención en la causa Cositorto y en el documental sobre el tema. También el juez de control José Milton Peralta quien tiene la tarea de poner bajo control los complejos casos que investiga el fiscal Enrique Gavier.
Entre los postulantes con terminales políticas conocidas se pudo ver a Facundo Cortés, de militancia radical junto al ex intendente Ramón Mestre y a Ignacio Segura, que fue presidente del Colegio de Abogados y es un operador cercano al gobernador Martín Llaryora.
Encuesta con subrayado rojo
Aunque el suministro de encuestas es permanente en los despachos donde se cocina la política cordobesa siempre hay sondeos que dejan números para analizar y proyectar. El consultor Gastón Toro hizo un muestreo presencial sobre la imagen de los mandatarios de los tres niveles del estado. Javier Milei recuperó tres puntos en imagen y quedó en 40,7 de positiva con la aclaración que el trabajo de campo se completó unas horas antes del cryptoescándalo. El gobernador Llaryora tiene 30,9 de imagen positiva pero la negativa pasó de 16,3 en octubre a 23,6. Por su lado la intendencia de Daniel Passerini sigue estancada en 24 por ciento de opinión positiva pero creciendo en respuestas negativas: de 18,8 a 24,9.
Pero en los desagregados hay dos datos que sorprenden y seguramente serán motivo de sondeos más exhaustivos. Javier Milei poseía una imagen imbatible en los sectores populares como Villa El Libertador y en un año de gestión recortó a la mitad la consideración favorable.
Otro dato que llama la atención es la imagen del ex gobernador Juan Schiaretti que sigue siendo el político cordobés con mejor imagen pero con un descenso llamativo. Pasó del 60 ó 65 por ciento de hace un año, a poco más de 40. ¿Será una ruptura en la serie o tan solo un resultado aislado que se debe sondear con más profundidad?
El dilema NDLS
La diputada nacional Natalia de la Sota sigue siendo un dilema difícil de resolver para el cordobesismo ya que juega de manera independiente en el congreso y se desmarca de la estrategia oficialista que quiere imponer Llaryora. Mientras envía señales de que aspira a renovar su banca no se detiene a esperar que en el Panal se decidan y se pasea por la provincia en clave de construcción electoral.
Quién la acompaña a todos los eventos es la referente massista Tania Kyshakevych que remarca que la hija del ex gobernador será quien encabece la lista en Córdoba. Sus allegados insisten que un cargo como funcionaria como le ofrecen desde el Centro Cívico no le seduce en su intención de gravitar en la política local.
También desde la Legislatura miran con preocupación cualquier distanciamiento porque nadie desconoce la importancia de cada voto en el recinto donde el bloque oficial porotea en cada sesión frente a una oposición cada vez más abroquelada. Si bien nunca estuvo en duda su alineamiento el legislador Bernardo Knipscheer, pareja de Natalia, es indispensable para garantizar el número crítico de 35 voluntades.
Impuestazo si, impuestazo no
En la Unicameral el miércoles se vivieron horas de máxima tensión porque la oposición unida estuvo a pocos votos de voltear el esquema impositivo provincial de la mano de un proyecto del neolibertario Gregorio Hernández Maqueda. Pero otro libertario, Agustin Spaccessi, impidió con su voto que el gobernador se viera obligado a vetar la norma si era aprobada.
Entre los radicales y juecistas se vivió en el recinto y en la gira mediática de sus voceros casi como una victoria por el alto costo político, especulan, que debió pagar la administración llaryorista por ganarle la agenda con ese tema.
Sin embargo los intendentes siguieron con preocupación la sesión y con un suspiro de alivio el resultado final ya que de aprobarse la ley significaba la caída en un cincuenta por ciento de la coparticipación.
Un intendente radical reflexionaba al teléfono que estas movidas tienen un efecto peligroso para la cúpula capitalina del partido: por un lado obtienen visibilidad pública con un tema pero siguen perdiendo confianza en la amplia red de jefes comunales de la UCR: “es fácil hacer política en los medios cuando no tenés la obligación de gestionar el día a día de un municipio”, dijo resignado.