LONDRES.- LONDRES.- La Unión Europea (UE) se prepara para retrasar el Brexit hasta julio luego que el Parlamento británico se apreste a rechazar hoy el acuerdo negociado entre Londres y Bruselas. El bloque europeo considera que la fecha de la retirada británica del próximo 29 de marzo, fijada en virtud del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, puede no concretarse ante los problemas que tiene la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, para que los diputados voten a favor del texto. En tal sentido, la UE espera en las próximas semanas que Londres le comunique la intención de extender la vigencia del artículo, que establece un periodo de negociación de dos años desde el momento en que se comunicó la intención británica de retirarse, 29 de marzo de 2017.
El acuerdo negociado por May, que fija un periodo de transición que va del 29 de marzo de 2019 hasta finales de 2020, será rechazado hoy por la Cámara de los Comunes debido al descontento que generó entre los parlamentarios conservadores más euroescépticos y de la oposición. Un eventual retraso de la separación ayudaría a May a contar con más tiempo para revisar el actual acuerdo de manera que permita contar con los respaldos suficientes de los diputados a fin de que pueda superar el trámite parlamentario. En la jornada de ayer, la primera ministra intentó una jugada desesperada para salvar el acuerdo al señalar que la UE se mostraba a favor que el “backstop”, un mecanismo ideado para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda, no entre en vigor.
Los diputados británicos deben votar hoy el documento de 585 páginas, fruto de 17 meses de difíciles negociaciones, que detalla las condiciones de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, prevista para el próximo 29 de marzo. El texto desagrada tanto a los euroescépticos, para quienes hace demasiadas concesiones a la UE, como a los proeuropeos, que quieren frenar el proceso y permanecer en el bloque. En la jornada de ayer, May intentó una jugada desesperada para salvar el acuerdo al señalar que la UE no impulsaría la puesta en vigencia del “backstop”, un mecanismo ideado para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda. Además, señaló que recharzar el Brexit sería “una subversión a la democracia”. Los diputados británicos deben votar el martes el documento de 585 páginas, fruto de 17 meses de difíciles negociaciones, que detalla las condiciones de la salida de Reino Unido de la UE. El texto desagrada tanto a los euroescépticos, para quienes hace demasiadas concesiones a la UE, como a los proeuropeos, que quieren frenar el proceso y permanecer en el bloque.