ROMA.- En un contexto de creciente tensión, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, volvió a mostrar ayer su mano dura contra los inmigrantes al anunciar que directamente no acatará la decisión del Tribunal Administrativo de la región de Lazio de permitir que el barco de rescate español “Open Arms” entre en aguas italianas con 147 náufragos rescatados a bordo. El tribunal, con sede en Roma, aceptó ayer el recurso presentado por la ONG española Proactiva Open Arms contra la prohibición del gobierno italiano de abrir sus puertos al desembarco de los migrantes rescatados, autorizando así a la ONG a entrar en aguas italianas ante la “situación de excepcional gravedad y urgencia”.
El tribunal tuvo en cuenta que la mayoría de los rescatados llevan más de trece días a bordo, por lo que autorizó “la entrada del barco Open Arms en aguas territoriales italianas” y que “se preste asistencia inmediata a las personas rescatadas”, como ya se ha hecho “en los casos más críticos”, en referencia a la evacuación de dos bebés y sus familias con destino a Italia en las últimas horas. Pero Salvini, viceprimer ministro y hombre fuerte del Ejecutivo italiano, respondió con su habitual intransigencia: “En las próximas horas firmaré mi rechazo, porque yo no soy cómplice de los traficantes de personas”, afirmó y cuestionó que “un barco español, de una ONG española, en aguas maltesas, presente un recurso en un tribunal italiano”. Salvini argumentó que este hecho, junto a la presencia del barco “Ocean Viking” con más de 350 migrantes y refugiados rescatados a bordo, demuestra que “hay un plan para (…) volver a abrir los puertos italianos y convertir a Italia en el campo de refugiados de Europa”.
Aún así, el fundador de la ONG Open Arms, Oscar Camps, anunció que van a entrar en aguas italianas tras la decisión judicial y solicitar la “evacuación inmediata por motivos médicos” de los 147 migrantes a bordo. Más de 500 migrantes esperan en el Mar Mediterráneo que algún país les abra sus puertas para llegar a Europa.