Si bien los cambios en las políticas migratorias heredadas de Donald Trump ya constituían un signo de otra mirada para la región, el cambio se confirmó con el estatus de protección temporal” que Biden concedió hace unos días a los ciudadanos venezolanos que se encuentran en Estados Unidos. Si bien la Casa Blanca salió a aclarar ayer que no está entre las prioridades de Biden un cambio de las políticas hacia Cuba, lo cierto es que el mandatario demócrata pretende dar un giro a la dureza contra Venezuela, Cuba y Nicaragua promovida por Trump.
Si bien la amenaza guerrera de Trump nunca se concretó más allá de algunos incidentes, sí impuso duras sanciones contra los tres países que no generaron más frutos que el empobrecimiento de sus ciudadanos. Hemos visto cómo el régimen y los mercados se han adaptado a las sanciones del petróleo y podemos seguir así no se sabe cuánto tiempo.
No hay prisa por levantar esas sanciones, pero sí un reconocimiento de que las multas unilaterales no han funcionado para forzar la celebración de elecciones y que la anterior Administración falló en la coordinación con Europa y con los aliados respecto a Latinoamérica”, explicó un funcionario de la Casa Blanca.
Aun así, Biden seguirá con la presión” contra Venezuela, hasta que (el presidente Nicolás) Maduro se siente en la mesa y tome la decisión de convocar elecciones”, agregó. Respecto a Cuba, la Casa Blanca aclaró que sí va a revisar cuidadosamente” las decisiones del Gobierno anterior, como la inclusión del país caribeño dentro de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo”.