El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) de Perú reanudó ayer la revisión de los pedidos de nulidad de actas de votación del ballottage presidencial del 6 de este mes en un clima de creciente tensión por la resistencia de la candidata de ultraderecha, Keiko Fujimori, a admitir su derrota en manos del sindicalista de izquierda Pedro Castillo.
Ocurre que Fujimori salió a jugar la carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) para sostener sus denuncias de fraude, pese a que la misión electoral del propio organismo enviada al ballottage ya ratificó la legalidad de los comicios. Sin presentar pruebas, la hija del encarcelado ex dictador Alberto Fujimori presentó una carta al presidente Francisco Sagasti solicitándole que convoque a la OEA para que haga una auditoría del proceso electoral.
Al mismo tiempo, en las calles del país, sus seguidores presionan al mandatario para que acepte la demanda que pretende lograr la anulación de los comicios: la prensa identificó incluso a un grupo de choque fujimorista en las marchas del fin de semana en Lima portando banderas con los emblemas imperiales de los incas y de la España virreinal.
Somos el brazo político, duro, de choque”, informó el vicepresidente de la organización autodenominada Sociedad Patriotas del Perú, Martín Barrueto, quien afirmó que hemos ido a resguardar a los civiles que fueron a marchar” por Fujimori. Sin embargo, en sus cánticos advertían: Ya llegamos, terruquitos (terroristas), a barrerlos, joderlos, quiero verlos en la fosa, de sus tripas saco sebo y se lo doy a mi perro”.
En ese contexto de creciente tensión, el JNE retomó ayer el análisis de las denuncias de fraude presentadas por Fujimori, que fue interrumpido la semana pasada por la renuncia de uno de sus miembros.
Ayer analizó 10 recursos en una audiencia pública, televisada, y los denegó todos: la respuesta del abogado de Fujimori, Ronald Gamarra, fue pedirle que aplicara la jurisprudencia para sus resoluciones, a fin de ganar tiempo.
El ex presidente Ollanta Humala salió a reclamar que no se demore más la proclamación de Castillo: Sembrar dudas sobre un proceso internacionalmente reconocido como transparente no es democrático, hace mucho daño al país y a sus instituciones”, argumentó. Por ahora, con su silencio, Sagasti parece ser funcional a la estrategia fujimorista.