El mandatario recibió ayer, en un acto solemne en una base militar, los restos de los soldados muertos en un contexto de fuertes críticas de la oposición por su gestión de la crisis afgana. Ya por la mañana, junto a la primera dama Jill, los Biden se reunieron en privado con las familias de los soldados fallecidos, antes de rezar al mediodía local frente a sus restos.
Pero la represalia que lanzó el viernes mismo para vengar el atentado (ver principal) no parece alcanzar para sosegar el descontento en su país, donde Biden enfrenta otro frente: varios republicanos le pidieron la renuncia y anunciaron que impulsarán un juicio político, mientras que hasta los propios demócratas lo critican por haber confiado en los talibán para defender el aeropuerto de Kabul, que terminó siendo el lugar del peor atentado para las tropas estadounidenses en una década.
Joe Biden tiene las manos manchadas de sangre”, escribió en Twitter la número tres de los republicanos en la Cámara de Representantes, Elise Stefanik. El presidente debe renunciar”, reclamó el senador republicano Josh Hawley, y lo acusó de ser responsable del abyecto fracaso en Afganistán”.
Otra par, Marsha Blackburn, pidió a todos los altos funcionarios de la administración Biden que dimitieran. Creo que Biden debería ser puesto bajo acusación y que esto sea lo más deshonroso que ha hecho un comandante en jefe en los tiempos modernos”, agregó la senadora ultraconservadora Lindsey Graham, que anunció el impuso de un juicio político o la destitución mediante la 25° enmienda de la Constitución, que establece que el vicepresidente puede asumir poderes en caso de incapacidad del presidente en el cargo.