El secretario general de la ONU, António Guterres, llamó ayer a las potencias a la eliminación de los arsenales nucleares y advirtió que el mundo afronta el mayor nivel de riesgo nuclear en casi cuatro décadas, con cerca de 14.000 armas atómicas almacenadas que se podrían activar en cualquier momento.
A horas del cierre de la Asamblea General de la ONU, Guterres hizo este fuerte llamamiento por el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, en un discurso donde recordó que ya en la primera resolución aprobada por el organismo, en 1946, se reflejaba la voluntad de eliminar las armas atómicas de los armamentos nacionales, así como todas las demás armas capaces de causar destrucción colectiva de importancia”.
Setenta y seis años después, no hemos logrado aún los objetivos de esa resolución”, lamentó Guterres, quien advirtió que actualmente nos enfrentamos al mayor nivel de riesgo nuclear en casi cuatro décadas”. Hay cerca de 14.000 armas nucleares almacenadas en todo el mundo”, explicó el titular de la ONU, quien alertó: Solo hace falta pulsar un botón para que cientos de ellas sean lanzadas”.
En efecto, pese a los avances logrados, Guterres manifestó su preocupación porque los Estados están mejorando cualitativamente sus arsenales” y están dando señales de una nueva carrera de armamentos”. Estas armas no son un problema del pasado. Hoy día siguen constituyendo una amenaza. A pesar de nuestros progresos, la humanidad sigue estando inaceptablemente cerca de una aniquilación nuclear”, alertó Guterres, que también admitió que hay motivos para la esperanza, como la reciente decisión de Rusia y Estados Unidos de prorrogar el Nuevo Tratado START, que limita el número de armas estratégicas entre ambos países, así como la próxima entrada en vigor del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.
La responsabilidad de aprovechar esos avances recae ahora en los Estados Miembros. La Conferencia de las Partes encargada del Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares ofrece una oportunidad para que todos los países tomen medidas prácticas para prevenir el uso de estas armas y eliminarlas de una vez por todas”, definió Guterres, que insistió en que no se puede seguir permitiendo que la sombra del conflicto nuclear empañe los esfuerzos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y acabar con la pandemia de Covid-19. Es el momento de terminar con esta lacra para siempre, de eliminar las armas nucleares de nuestro mundo e iniciar a una nueva era de diálogo, confianza y paz para todos”, concluyó.
Advierten por el alcance del pacto de EE.UU. con Australia
Estados Unidos rompió una regla implícita de la no proliferación nuclear y, sin avisarle siquiera a sus aliados, firmó un acuerdo con Australia para, por primera vez en 63 años, transferir la tecnología de sus submarinos de propulsión nuclear, con el expreso objetivo de potenciar la capacidad militar de su socio en el Indo-Pacífico, la región elegida por Washington para frenar el ascenso global de China.
El acuerdo desató una crisis inédita con Francia y la Unión Europea, que tomará tiempo” sanar, según admitió el sábado el propio secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, tras una reunión con el canciller francés, Jean-Yves Le Drian.
Ocurre que, detrás del acuerdo con Australia, late la pulseada estratégica del presidente Joe Biden para frenar la expansión china. El Indo-Pacífico se volvió el centro de gravedad de la economía mundial, y no sólo por China, sino por Japón, Corea del Sur, India, entre otros países”, explicó Ramon Pacheco Pardo, profesor de Relaciones Internacionales del King’s College de Londres, experto en la región.
Sin embargo, el vocero de la cancillería china, Lijian Zhao, alertó que la cooperación de Aukus (nombre del acuerdo) con los submarinos nucleares representa un serio riesgo para la proliferación nuclear y prueba que una y otra vez EE.UU. y el Reino Unido aplican un doble estándar en la cooperación nuclear”.
El acuerdo bien podría abrir la caja de Pandora de la proliferación”, advirtió Tariq Rauf, ex jefe de verificación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la institución que controla el cumplimiento de los acuerdos nucleares en todo el mundo.