Patronal, sindicatos y el Gobierno de España alcanzaron un acuerdo para una reforma laboral que tiene como objetivos centrales terminar con los contratos temporales y la precariedad, una problemática que afecta principalmente a los jóvenes, mujeres e inmigrantes y que se agravó con la pandemia.
Si bien faltan conocer todos los detalles, la nueva reforma generaliza el uso de los contratos indefinidos y del fijo discontinuo para puestos de más de cinco meses al año, limitando los contratos temporales a dos situaciones: para sustituir a empleados de baja y por picos de demanda.
Además, la duración máxima de este tipo de contrataciones será de tres meses y no serán no renovables. El acuerdo sobre el texto anunciado ayer es producto de una negociación de nueve meses, que se hizo contra reloj, ya que este deberá estar vigente el próximo 1 de enero, de acuerdo al ultimátum impuesto por la Unión Europea para girar fondos.