En el marco de la “Cumbre de la Democracia”, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, alertó ayer sobre los “alarmantes retos” a los que se enfrenta el mundo y llamó a “actuar” para defender los Derechos Humanos universales. La Cumbre, que se realiza de manera virtual, es una iniciativa tomada por Biden que reúne a 110 países y tiene el objetivo de “establecer una agenda para la renovación democrática y hacer frente a las amenazas que enfrentan las naciones”.
El mandatario comenzó su discurso refiriéndose a su país y consideró que la defensa de la democracia estadounidense es “una lucha continua para estar a la altura de nuestros más altos ideales y sanar nuestras divisiones”, además, remarcó que los retos globales actuales “son más complejos que nunca”. Entre los desafíos, planteó la insatisfacción ciudadana con los regímenes democráticos que “no cumplen” con sus necesidades, pero insistió en que pese a esto, se trata del mejor sistema.
“La democracia no es perfecta, pero podemos hacer que sea mejor. Vamos a defenderla en todo el mundo” enfatizó. Ante esto, le pidió a los líderes que participan de la Cumbre, “apoyar los valores” que los unen como la libertad de expresión, de prensa, de religión o el Estado de Derecho, además de reclamar “protección” para los Derechos Humanos de todas las personas.
Biden, que ratificó su vocación de liderazgo a nivel mundial, aseguró que su Administración “invertirá” en la democracia estadounidense, para erigirse como un ejemplo. En ese marco, anunció la llamada Iniciativa Presidencial para la Renovación Democrática, un conjunto de políticas que el Gobierno estadounidense incentivará para “reforzar la democracia y defender los Derechos Humanos a nivel mundial”.
Dotada con 424,4 millones de dólares, se enfoca en cinco pilares: el apoyo a los medios de comunicación libres e independientes, la lucha contra la corrupción, el apoyo a los sectores que pueden reformar la democracia, el desarrollo de tecnologías que favorezcan la democracia y la defensa de los procesos políticos y las elecciones justas y libres.
Las invitaciones a la Cumbre fueron comprendidas como todo un gesto político del actual mandatario estadounidense para definir sus aliados. En este sentido, Rusia fue excluida de la invitación, lo mismo sucedió con China, aunque si convocaron a Taiwán, en una muestra clave del apoyo de EEUU a la isla que el gigante asiático reclama como propia. Además, se optó por invitar a todos los miembros de la Unión Europea, excepto Hungría. Sus vecinos Canadá y México también fueron convocados, al igual que varios países latinoamericanos, entre los que se encuentra Argentina.