El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia anuló la sentencia de 10 años de prisión contra la ex presidenta interina Jeanine Áñez (2019-2020), que había sido condenada por un presunto golpe de Estado, y dispuso su liberación inmediata, confirmó este miércoles la institución.
El presidente del TSJ, Rómer Saucedo, explicó que la decisión -adoptada por siete votos a favor y dos en contra- constituye “la nulidad de la sentencia con la que ella contaba” y, en consecuencia, “ella tiene que recuperar su libertad”.
“Esta decisión fue tomada tras la deliberación del pleno del máximo tribunal del país respecto a la condena impuesta a la señora Áñez”, señaló Saucedo ante periodistas.
Saucedo detalló que el fallo se produjo tras una revisión extraordinaria de la sentencia, un recurso excepcional previsto para corregir decisiones judiciales con vicios o vulneraciones de derechos.
El TSJ remitió la orden al juez de instrucción de La Paz, quien deberá ejecutar la liberación de manera inmediata.
Áñez, de 57 años, estaba encarcelada desde marzo de 2021 en el penal de Miraflores, en La Paz. Fue acusada por su papel en los hechos de 2019 que derivaron en la renuncia de Evo Morales (2006-2019) y su posterior asunción como presidenta interina.
Inicialmente detenida de forma preventiva, fue condenada en 2022 a 10 años de prisión por delitos contra la Constitución y las leyes.
Horas antes de conocerse la decisión del Tribunal, Áñez publicó un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) en el que reflexionó sobre sus casi cinco años de detención.
“Estos casi cinco años privada de libertad me marcaron, pero no quebraron mi convicción”, escribió la ex mandataria, defendiendo su actuación durante la crisis de 2019 y asegurando que “nunca me arrepentiré de haber servido a mi patria cuando me necesitó”.
También sostuvo que “la libertad más profunda no depende de los muros, sino de mantener viva la verdad de lo que hice y por qué lo hice”, y denunció haber sido “estigmatizada por hechos de corrupción que nunca cometí”.
Áñez afirmó que enfrentó acusaciones sin respaldo político, que fue “dejada sola” y que su hija sufrió las consecuencias de su detención. “Me han decepcionado, me han herido, pero no han logrado doblarme. A pesar de todo sigo con la frente en alto”, expresó.
La resolución del TSJ marca un nuevo capítulo en uno de los procesos más controvertidos de Bolivia en los últimos años.
Si bien la anulación de la sentencia deja sin efecto la condena que la mantenía encarcelada desde hace más de dos años, Áñez aún enfrenta otras investigaciones por presuntas violaciones a los derechos humanos durante su breve mandato.
Según las autoridades judiciales, la revisión extraordinaria tiene como objetivo “salvaguardar las garantías procesales y los derechos fundamentales” de los acusados.
El fallo, además, reaviva el debate político sobre la legitimidad del proceso judicial contra la ex mandataria y el rol del sistema judicial boliviano en causas de alto impacto político.
