La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión condenaron la violencia de las protestas en Bolivia, que tienen lugar tras la detención del gobernador de Santa Cruz Luis Fernando Camacho.
En ese sentido, la CIDH expresó a través de un comunicado que repudiaba “enfáticamente tanto las denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, como los actos violentos cometidos por grupos organizados”.
Camacho, en aquel entonces presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, lideró movilizaciones e instó a la rebelión policial para perpetrar el golpe de Estado al entonces recién reelecto presidente Evo Morales, y permitir la llegada al poder del Gobierno de facto de Jeanine Áñez.
Por otra parte, la Fiscalía de Bolivia amplió la investigación contra Áñez por la matanza de Senkata, de noviembre de 2019, e incluyó ahora los delitos de genocidio, homicidio y lesiones graves.
Cabe recordar que, en plena crisis después de que la oposición y una parte de las Fuerzas Armadas no reconocieran el triunfo en las urnas del ex presidente Evo Morales, miles de sus seguidores salieron a las calles a protestar y fueron reprimidos por fuerzas militares.
Los dos episodios más críticos fueron los de Senkata y Sacaba, con un saldo de casi 30 muertos y cientos de heridos, en hechos que la CIDH calificó de masacres.