Hamás entregó este martes otros cuatro cuerpos de rehenes israelíes al Comité Internacional de la Cruz Roja, en medio de crecientes tensiones por presuntas violaciones al frágil alto el fuego en Gaza. Así lo confirmaron el ejército israelí y el servicio de inteligencia Shin Bet en un comunicado conjunto.
La entrega se suma a la realizada el lunes, cuando Hamás transfirió los cuerpos de otros cuatro rehenes junto con 20 cautivos vivos, como parte de un acuerdo mediado por Egipto, Estados Unidos, Qatar y Turquía. A cambio, Israel liberó a unos 2.000 prisioneros palestinos.
Según el comunicado israelí, vehículos de la Cruz Roja se dirigieron este martes a un punto de encuentro en el norte de la Franja de Gaza para recoger los nuevos ataúdes. Hamás había informado previamente a los mediadores que trasladaría los cadáveres a las 22 hora local.
Un alto funcionario del grupo islamista declaró a la agencia Xinhua que la recuperación de cuerpos es extremadamente difícil debido a la destrucción masiva en muchas zonas de Gaza.
Israel ha exigido la entrega inmediata de los 24 cuerpos restantes, y como medida de presión decidió congelar la reapertura del cruce de Rafah y restringir aún más la entrada de ayuda humanitaria.
Violaciones al alto el fuego y nuevos enfrentamientos
Mientras avanzan las entregas, las acusaciones de violaciones al acuerdo de alto el fuego -en vigor desde hace cinco días- amenazan con reavivar el conflicto.
El martes, al menos seis palestinos murieron por disparos israelíes en el norte de Gaza. El ejército afirmó que sus tropas abrieron fuego contra “sospechosos” que cruzaron la “línea amarilla”, en violación del acuerdo.
“Se intentó distanciar a los sospechosos. Estos no obedecieron y continuaron acercándose a las tropas, quienes abrieron fuego para eliminar la amenaza”, sostuvo el ejército.
Testigos y residentes afirmaron que el grupo simplemente inspeccionaba las ruinas de sus viviendas cuando fue atacado por un dron.
Hamás calificó el hecho como una violación del alto el fuego e instó a los mediadores internacionales a presionar a Israel para que cumpla sus compromisos.
Voces de los rehenes y los prisioneros
A medida que se concretan las liberaciones, comienzan a salir a la luz los testimonios de lo que ambos bandos vivieron durante el conflicto.
Varios rehenes israelíes relataron haber pasado hambre, aislamiento y torturas. Algunos, como Avinatan Or, estuvieron más de dos años sin contacto humano. Otros, como Elkana Bohbot, fueron encadenados en túneles durante todo su cautiverio.
Matan Angrest, un militar israelí, denunció que fue torturado severamente y amenazado de ejecución con armas apuntándole a la cabeza.
Los prisioneros palestinos, en tanto, regresaron a una tierra en ruinas.
“La libertad no es solo salir de la cárcel; es caminar entre las ruinas de todo lo que una vez conociste, respirar aire pesado con los recuerdos de quienes perdiste y, aun así, elegir vivir”, declaró a Xinhua Saleh Qudaih, un prisionero liberado de Khan Younis.
Muchos encontraron sus casas reducidas a escombros, y a familiares muertos o desaparecidos. Algunos fueron recibidos en tiendas de campaña instaladas junto a los restos de sus antiguos hogares.
Organizaciones humanitarias palestinas denunciaron que varios prisioneros liberados presentaban síntomas de desnutrición, sarna y agotamiento extremo, tras haber estado recluidos en condiciones consideradas inhumanas.
Ante este escenario, el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, Tom Fletcher, asignó otros 11 millones de dólares en fondos de ayuda para la Franja de Gaza, destinados a apoyar el inmediato aumento de las operaciones humanitarias.
La ONU ha reiterado que la situación humanitaria en Gaza sigue siendo crítica, con cientos de miles de personas desplazadas, sin acceso a alimentos, agua potable ni atención médica adecuada.
Mientras los cuerpos regresan, las heridas siguen abiertas. El alto el fuego, aunque vigente, se tambalea entre exigencias no cumplidas, dolor acumulado y la sensación persistente de que la guerra aún no terminó.