Kamala Harris terminó un mes extraordinario. Es que en ese breve tiempo, transformó por completo las elecciones presidenciales de 2024, ya que lidera la mayoría de las encuestas nacionales y de los estados en disputa. Todo esto era difícil de imaginar antes de que el presidente Joe Biden se retirara de la carrera, cuando la mayoría de los estadounidenses tenía una opinión desfavorable de ella.
Pero Harris cambió su suerte, y después de un mes de discursos bien pronunciados y apariciones optimistas en el centro de atención nacional, logró presentarse de otra manera frente al país. En la última encuesta, difundida por el sitio RealClearPolitics, la candidata demócrata cuenta con un 48,4% de intención de voto, frente a un 46,9% del magnate republicano.
En paralelo, Trump confirmó que habrá debate. Las dudas surgidas desde el domingo por un ambiguo mensaje de Donald Trump empezaron a evaporarse. El propio ex presidente publicó un mensaje en su red Truth Social, en el que asegura que llegó a un acuerdo para que el debate de Filadelfia se celebre, producido por la cadena ABC, con las mismas reglas del enfrentamiento contra Biden del pasado 27 de junio en Atlanta, organizado por la CNN.
“He llegado a un acuerdo con los Demócratas de Izquierda Radical para un Debate con la Camarada Kamala Harris”, escribió Trump, que se refiere así a su rival porque la acusa de comunista sin fundamento.
A su vez, Trump calificó de ridícula la nueva acusación contra él presentada en Washington en el caso del asalto al Capitolio y afirmó que habría que desestimarla. El magnate consideró que el fiscal especial al frente de la investigación, el “trastornado” Jack Smith, interpuso esa “ridícula” acusación contra él “en un esfuerzo por resucitar una caza de brujas”.
Smith rehízo su acta de acusación contra el magnate neoyorquino manteniendo los cuatro cargos anteriores pero rebajando las alegaciones para ajustarse al dictamen del Supremo sobre la inmunidad de los actos oficiales de Trump como mandatario.