Dos escenas después del debate entre Kamala Harris y Donald Trump dejaron en claro cuál fue el desenlace del duelo. Harris celebró, eufórica, desde un escenario ante un grupo de seguidores con un discurso corto y combativo. “Hoy fue un buen día. Mañana tenemos que trabajar. Quedan 56 días, ¡tenemos mucho trabajo por hacer!”, arengó. Trump hizo algo nunca visto para un candidato: apenas terminó el debate, fue a la sala de prensa a hablar con los periodistas, un último intento por centrifugar una derrota a esa altura inocultable. “Si ganó, ¿por qué está acá?”, le preguntó un periodista. “Creo que fue una gran noche”, ensayó Trump.
En la noche más importante de su carrera política, Harris superó la prueba. Y con margen de sobra. Tras un arranque en el que se la vio tensa, un tanto nerviosa, Harris dominó el debate, marcó el tono y el ritmo, guió la discusión y acorraló a Trump en casi todos los temas –trastabilló con la economía, donde aún muestra dificultades para enarbolar respuestas convincentes–, se mostró ágil, rápida de reflejos, mordaz, lo buscó hasta con su mirada y sus gestos, y desplegó una estrategia letal, minuciosamente preparada: sacar de quicio a Trump.
El debate entre Harris y Trump ofreció otro momento crucial en unas elecciones presidenciales históricas en Estados Unidos, y le brindó a ambos candidatos quizá la última oportunidad para quebrar el virtual empate que marcan las encuestas en la carrera por la Casa Blanca. Un día después, los demócratas festejaban con cautela, a puño cerrado, mientras los republicanos lamentaban una oportunidad perdida, un contraste que expuso el resultado del duelo.
Estados Unidos recordó ayer las vidas que se quitaron y las que cambiaron por los atentados del 11 de septiembre, conmemorando un aniversario ligado este año a la política de la campaña presidencial. Cuando aún resonaban los ecos del debate entre Harris y Trump, ambos volvieron a verse cara a cara en las conmemoraciones en Nueva York.
La presencia del presidente Biden y su vice, Harris, marcaron un encuentro extraordinario en una ceremonia sombría horas después de que se enfrentaran en el escenario del debate.
Taylor Swift dio su apoyo a los demócratas
Taylor Swift, una de las mayores estrellas de la industria musical, manifestó ayer su apoyo a Kamala Harris para la presidencia de Estados Unidos poco después del debate presidencial del martes. Donald Trump replicó que la cantante “pagará el precio” de su decisión en sus ventas.
“Creo que es una líder con mano firme y talento, y creo que podemos lograr mucho más en este país si nos guía la calma y no el caos”, escribió Swift en un post de Instagram.
Swift tiene un gran número de seguidores entre las mujeres jóvenes, un grupo demográfico clave para las elecciones de noviembre.