El mundo quedó en vilo nuevamente ayer por la noticia de un bombardeo a la central la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, en medio de la guerra de Ucrania, que las autoridades instaladas por Rusia en esa región endilgaron al Ejército ucraniano, que a su vez acusó a las fuerzas invasoras de la embestida.
El bombardeo contra la central nuclear de la sureña provincia ucraniana es de hecho el tercero en los tres últimos días, y llega luego de que el jefe de los inspectores atómicos de la ONU, el argentino Rafael Grossi, alertara sobre el peligro de la situación. “Estoy extremadamente preocupado por el bombardeo de ayer, perpetrado contra la central nuclear más grande de Europa, lo que subraya un peligro muy real de una catástrofe nuclear”, dijo Grossi. El jefe del OIEA enfatizó que las acciones militares que ponen en peligro la seguridad de la central nuclear son “completamente inaceptables y deben prevenirse a toda costa”.
No obstante, horas después, las autoridades rusas instaladas en la ciudad de Energodar –donde se ubica la central- informaron que “el Ejército ucraniano realizó un ataque con una bomba de racimo disparada desde un lanzacohetes múltiple Hurricane”. La nota agregó que los fragmentos y el motor del cohete cayeron a 400 metros de un reactor en funcionamiento. El ataque dañó edificios administrativos y alcanzó una zona de almacenamiento de combustible nuclear ya utilizado.
Hace varios días que las hostilidades crecen en torno de la provincia de Zaporiyia, y tanto Ucrania como Rusia se acusan mutualmente de ataques contra el complejo nuclear. El nuevo bombardeo se produjo luego de que el operador de la planta de energía nuclear de Ucrania informara el sábado que la planta había sido atacada la noche anterior por Rusia, en un bombardeo que produjo la detención de uno de los reactores al dejar sin energía eléctrica a los equipos de la unidad tres de la central y reducir la potencia de la unidad generadora número cuatro. Los ataques “causaron graves daños” a una estación que contenía nitrógeno y oxígeno y a un “edificio auxiliar”, agregó la fuente. “El riesgo de incendio también es alto”, alertó finalmente.
Por su parte, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borell, condenó la grave “violación” a las normas de seguridad nuclear por parte de Rusia. “La UE condena las actividades militares de Rusia en torno a la central nuclear de Zaporiyia. Se trata de una violación grave e irresponsable de las normas de seguridad nuclear y de un nuevo ejemplo del desprecio de Rusia por las normas internacionales”, afirmó el español.
Zarpan más barcos con granos tras un acuerdo con Erdogan
Cuatro barcos más cargados con cereales de Ucrania retenidos por la guerra recibieron ayer permiso para zarpar desde la costa del mar Negro, luego de una cumbre entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, donde ratificaron el acuerdo para exportar los alimentos ucranianos y rusos vía el estrecho del Bósforo.
“Con su participación directa (en referencia a Erdogan) y con la mediación del secretariado de la ONU se solucionó el problema vinculado con los suministros de cereal ucraniano desde los puertos del mar Negro”, dijo el jefe del Kremlin durante el encuentro celebrado en la sureña Sochi.
“Los suministros ya comenzaron. Le quiero dar las gracias por ello y porque, al mismo tiempo, se adoptó una solución conjunta sobre el suministro ininterrumpido de alimentos y abono ruso al mercado mundial”, enfatizó Putin.
En la cumbre, ambos líderes acordaron además que las entregas de gas ruso se pagarán en rublos, tras la firma de un memorando de entendimiento sobre el desarrollo de las relaciones comerciales entre los dos países. “Un aspecto positivo de nuestra visita a Sochi es nuestro acuerdo con Putin sobre el rublo. Si Dios quiere, nuestros intercambios en rublos proporcionarán beneficios a Turquía y a Rusia”, afirmó Erdogan.