Rusia anunció hoy nuevos ataques de misil contra instalaciones energéticas ucranianas, situación que ha provocado múltiples problemas en la distribución de la energía y consecuentes cortes en los suministros de luz y de agua corriente y que llevó a Kiev a suspender temporalmente la exportación de electricidad a Europa.
Las infraestructuras energéticas de la provincia de Dnipropetrovsk, en el centro-sur del país, presentaban «graves» daños tras los últimos ataques rusos en la zona, indicó hoy el gobernador regional, Valentin Reznichenko.
«Los rusos dispararon misiles contra las infraestructuras de los distritos de Pavlogrado y de Kamian: hay graves destrucciones», indicó el funcionario, que precisó que «muchos poblados están sin electricidad».
«Un modo de ahorro total de electricidad fue implementado en la región para que hospitales, transportes y otras infraestructuras sociales importantes puedan funcionar», añadió, instando a los habitantes a «ahorrar electricidad».
En tanto, las sirenas de alerta aérea volvieron a sonar hoy en todo el territorio de Ucrania y la cifra de muertos ocasionados por los bombardeos rusos de ayer trepó a 19, cinco más que la cantidad confirmada oficialmente hasta anoche, dijeron medios locales.
Después de que el sábado una explosión destruyera parcialmente el estratégico puente de Crimea -un ataque del que Moscú acusó a Kiev-, el Gobierno de Vladimir Putin inició ayer una intensa ola de ataques de largo alcance con misiles que cayeron en distintas ciudades de Ucrania, incluida la capital, Kiev.
Putin acusó a los servicios secretos ucranianos de haber provocado la potente explosión y calificó el incidente de «acto terrorista».
Si bien tanto las fuerzas armadas ucranianas y la OTAN dijeron que los ataques a distancia son una señal de fragilidad de Rusia, en el marco de un retroceso sufrido por sus tropas en el campo de batalla en los últimos dos meses, lo cierto es que los misiles de las últimas horas sumieron a ciudades enteras de Ucrania en una severa escasez de agua y luz.
Más de 300 localidades seguían hoy sin electricidad en todo el país a causa de los ataques, que alcanzaron centrales eléctricas, recogió AFP.
En consecuencia, el Ministerio de Energía ucraniano anunció ayer que el país dejará temporalmente de exportar energía eléctrica desde este martes para «estabilizar su propio sistema energético».
El operador de electricidad que suministra energía a la capital, DTEK, informó que «a partir del martes» habrá cortes habituales, debido a la falta de energía por los ataques de ayer.
Los nuevos ataques representan una «señal de debilidad», ya que las tropas rusas están siendo derrotadas, aseguró este martes el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el noruego Jens Stoltenberg.
«Creo que lo que vimos ayer es en realidad una señal de debilidad, porque la realidad es que (las tropas rusas) no pueden avanzar en el campo de batalla. Rusia en realidad está perdiendo el campo de batalla», dijo Stoltenberg, citado por la agencia de noticias AFP.
Según el servicio estatal para las situaciones de emergencias, un nuevo bombardeo ruso impactó esta mañana en Zaporiyia (sur), bajo control parcial de Ucrania y objeto de ataques de Moscú desde hace semanas, y causó al menos un muerto.
Central nuclear de Zaporiyia
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, se declaró hoy «abierto a un diálogo» con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) sobre la situación en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, controlada por Rusia desde marzo, al reunirse en San Petersburgo con su titular, el argentino Rafael Grosso.
De acuerdo al Kremlin, el diálogo giró en torno a «todas las cuestiones de interés mutuo, o que susciten preocupación, por ejemplo, lo que tiene que ver con la situación alrededor de la central nuclear de Zaporiyia».
«En cualquier caso, estamos abiertos a ese diálogo», dijo el mandatario, citado por la agencia de noticias rusa Sputnik.
Al mismo tiempo, destacó la importancia de «limitar la proliferación de la tecnología nuclear militar». El mandatario instó también a no politizar «todo lo relacionado con la actividad nuclear».
Antes de la reunión, Grossi había dicho que esperaba «una conversación importante» sobre las cuestiones vinculadas a «la seguridad nuclear», y en particular la de la central de Zaporiyia, cerca de la línea de frente y objeto de frecuentes ataques de los que Ucrania y Rusia se acusan mutuamente.
«Me he esforzado en intentar prevenir un accidente nuclear que sería muy dañino en general y en particular en esta región», indicó Grossi, que la semana pasada se entrevistó con el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, en Kiev.
Rusia se apropió formalmente de las instalaciones que ocupa desde marzo en la planta de Zaporiyia, tras sendos referendos en la provincia homónima, además de Donetsk, Lugansk y Jerson, una decisión condenada por Kiev y sus aliados.
El OIEA, que tiene a observadores en esa instalación desde inicios de septiembre, rechazó la apropiación rusa, y sigue considerando como ucraniana a la central.
Poco antes del encuentro de Putin con Grossi en San Petersburgo, el operador nuclear ucraniano, Energoatom, acusó a Rusia de haber «secuestrado» y maltratado a Valeri Martiniuk, director general adjunto de Recursos Humanos de la central de Zaporiyia, y pidió al OIEA que garantice su liberación.