GINEBRA.- La pandemia de coronavirus “está lejos de haber terminado”, advirtió ayer, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien a la vez negó de manera enfática que la variante Ómicrom, que se propaga velozmente en todo el mundo, sea benigna, y pidió no subestimarla.
En este sentido, Tedros subrayó que la nueva variante “está provocando hospitalizaciones y muertes. E incluso los casos de menor gravedad desbordan los centros de salud” y si bien reconoció que Ómicrom podría ser “menos grave en promedio” insistió que cuando se subestima su alcance, se “afecta a la respuesta global y cuesta más vidas”. Además, pronosticó que hay una alta probabilidad de la aparición de “nuevas” cepas “teniendo en cuenta el increíble crecimiento de Ómicrom en el mundo”, por lo que reiteró la necesidad de continuar evaluando y haciendo un seguimiento sobre las variantes y volvió a remarcar que “la pandemia está lejos de terminar”.
Respecto a los países donde las curvas de contagios presentaron una meseta en los últimos días, el máximo responsable de la OMS consideró que esto podría representar “que lo peor de esta última ola pasó” aunque indicó que “ningún país ha salido totalmente del problema”. Por otro lado, se mostró muy preocupado por las bajas tasas de vacunación de algunos países –en general, países pobres- e indicó que, en esos territorios “la población puede tener más riesgos de sufrir formas graves de la enfermedad o de morir si no se vacunan”.
Frente a esta situación pidió una vacunación más justa a nivel mundial y alertó sobre las “destructivas consecuencias” que traerá si se continúa con esta política de desigual acceso a la salud. “Solo podemos vencer a este virus si trabajamos juntos y compartimos las herramientas de salud de manera equitativa. Es realmente así de sencillo”, sentenció.
No obstante, surgieron opiniones diferentes en estos días. El pasado 11 de enero, la Agencia europea de medicamentos (EMA) había considerado que aunque la enfermedad siga en fase pandemia, la diseminación de Ómicrom la transformará en endémica, con la que la humanidad tendrá que aprender a vivir. Pero el jefe de la OMS se muestra más prudente y subrayó de nuevo que la nueva mutación no es benigna, lo que marca claramente puntos de vista muy diferentes respecto de la enfermedad que, más allá de las apreciaciones, sigue azotando al mundo.