Tras convocar a una reunión de emergencia por la caída de un misil en una ciudad fronteriza con Ucrania, ayer el Gobierno de Polonia dio marcha atrás sobre sus dichos y desligó de responsabilidades a Rusia, a quien en una primera instancia había acusado.
El accidente tuvo gran repercusión ya que Polonia es parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y en caso de verse amenazado podía invocar el artículo 4. Con este llamado, el Gobierno podría convocar a los países miembros del brazo militar más importante de Occidente para analizar el estado de su integridad y seguridad nacional.
No obstante, en la víspera Varsovia anunció que no hay indicios de que el armamento que impactó en Przewodów, a seis kilómetros de la frontera ucrania, en la que murieron dos personas, sean rusos. De hecho, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que es “muy probable” que provengan del “sistema de defensa aérea ucranio”. Habrían sido “disparados para defender su territorio de los ataques con misiles de crucero rusos”, según el líder de la Alianza Atlántica.
El martes, el Kremlin realizó un ataque masivo con más de cien misiles que tuvo por objetivo la infraestructura energética ucraniana. Tras la embestida, cientos de localidades y la mitad de la capital, Kiev, quedaron sin suministro de luz. La ofensiva se interpretó como una represalia por la retirada de sus tropas en la ciudad de Jersón, ocupada desde el comienzo de la guerra en febrero y en la cual recientemente mediante un referendo se anexionó a la Federación Rusa.
El impacto del misil encendió todas las alarmas, que paulatinamente fueron cesando. Durante el ataque masivo del martes, Ucrania derribó y desvió misiles con su sistema de defensa aéreo que se potenció gracias a la inversión de Occidente tras los cambios de estrategia del Kremlin que incluyeron retirada de tropas en terreno y aumento de los bombardeos aéreos. Por ello, la hipótesis apuna a que el misil que impactó en Polonia, podría haber sido desviado por Kiev. “Ucrania se defendió, lo cual es comprensible, disparando misiles cuya tarea era derribar los rusos”, dijo el presidente polaco, Andrzej Duda. Sobre las primeras acusaciones contra Rusia, Duda informó que probablemente el arma usada por las baterías antiaéreas ucranianas fuera un viejo S-300 de fabricación soviética. El martes, el Ministerio de Exteriores de Polonia detalló que se trataba de un misil de “fabricación rusa” sin aclarar desde dónde se disparó.
Al momento, la OTAN llamó a investigar lo sucedido para evitar acusaciones sin fundamento. Por último, Rusia negó constantemente haber atacado Polonia.
Zelenski insiste en culpar a Rusia del ataque
A diferencia del consenso logrado entre los países miembros de la OTAN sobre la posible responsabilidad del ataque con misiles en Polonia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insiste en lo contrario.
“No tengo dudas de que ese misil no era nuestro”, dijo el mandatario y pidió acceso al lugar de los hechos, además de ser parte de la investigación que realizará la OTAN. “¿Tenemos derecho a estar en el equipo de investigación? Por supuesto”, se preguntó y respondió él mismo en un video oficial.
Por otra parte, Rusia admite que existe comunicación con EE. UU. y alabó la reacción “bastante comedida” de Washington tras la difusión masiva del ataque, un mensaje bastante inusual en el actual clima de confrontación.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que Varsovia tuvo “una reacción rusófoba” al sostener que se trataba de un explosivo de su país y convocó al embajador polaco en Moscú para una reunión, sin dar más detalles.