El presidente ruso Vladimir Putin anunció el pronto lanzamiento de un inmenso misil nuclear conocido como “Sarmat” en medio de las renacidas tensiones con Occidente por la guerra en Ucrania, con la promesa de estrenarlo a fines de año. “Seremos más fuertes que nunca”, aseveró Putin durante un encuentro con graduados de las universidades militares al presentar la nueva arma, que se trata del primer complejo de misiles intercontinentales balísticos ruso, sin análogos en el mundo.
Desde el Kremlin, el mandatario recordó las exitosas pruebas por las que atravesó el cohete balístico intercontinental (ICBM) en el mes de abril. Luego, amenazó con ponerlo en combate: “Está prevista su puesta en funcionamiento para finales de 2022”, aseveró Putin, quien consideró que “se trata de un arma verdaderamente única que garantizará la seguridad de Rusia frente a amenazas externas”, en un mensaje directo a las potencias occidentales. “Aquellos que intenten amenazar a Rusia o supongan un peligro para nuestra nación, dentro o fuera de nuestras fronteras, lo pensarán dos veces”, enfatizó el líder ruso.
“Nuestro Ejército y la Armada van perfeccionándose en todos los sectores más importantes. No cabe duda de que seremos aún más fuertes. Seguiremos desarrollando y reforzando nuestras Fuerzas Armadas, teniendo en cuenta las potenciales amenazas militares y los riesgos, sobre la base de las lecciones aprendidas de los conflictos armados modernos”, expresó Putin, quien hizo referencia a la guerra en Ucrania al anticipar que “nuestras tropas en territorio enemigo ya comenzaron a recibir sistemas de defensa antiaérea y antimisiles S-500 que no tienen rival en el mundo”.
“Estamos orgullosos de que en el curso de la operación militar especial nuestros soldados actúen de manera profesional, valerosamente, como verdaderos héroes”, celebró y anticipó que el Sarmat “entrará en servicio a finales de este año”.
Apodado como “Satán II” por la OTAN, el inmenso misil nuclear presentado por Putin tiene un alcance de 18.000 kilómetros y una masa al despegue de 208,1 toneladas, con una carga útil de alrededor de 10 toneladas. El cuerpo del proyectil, de 35,5 metros de largo y 3 metros de diámetro, permite alojar hasta 178 toneladas de combustible líquido.
Cuenta además con un sistema de guiado individual de cada munición y se puede desplazar hacia su objetivo a velocidades hipersónicas. Y posee la capacidad de cambiar la trayectoria en medio del viaje, tanto en rumbo como altura, para no ser alcanzado por defensas antimisiles.
Sin embargo, su mayor fortaleza reside en su capacidad destructiva: tiene 2000 veces más potencia que la bomba de Hiroshima, lanzada por las tropas estadounidenses en Japón durante la Segunda Guerra Mundial, que causó decenas de miles de muertes, uno de los peores hitos del Siglo XX.
Por lo pronto, el Kremlin anunció que evalúa la posibilidad de interrumpir el suministro eléctrico a Lituania como respuesta al bloqueo comercial del país báltico al enclave ruso noreuropeo de Kaliningrado, como parte de las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) a Rusia por la guerra en Ucrania.
Lo advirtió el presidente de la comisión de asuntos internacionales de la Cámara de Diputados, Leonid Slutsky, quien aseveró que “además de otras medidas, como limitar el tránsito de camioneros lituanos, consideraremos la posibilidad de interrumpir el circuito para la provisión de electricidad” a Lituania.
En respuesta, la UE salió a respaldar al país báltico por implementar “controles proporcionados y efectivos” hacia Kaliningrado, aunque aclaró que “no es un bloqueo: el suministro de bienes esenciales a Kaliningrado sigue inalterado”.
Todos los ojos se posarán además en las próximas horas en la UE, ya que empezará una cumbre de dos días para decidir si le otorga el estatuto de candidato a Ucrania para ingresar al bloque.