El presidente ruso, Vladímir Putin, amenazó ayer a Europa con “graves consecuencias” en caso de que los países de la OTAN permitan a Ucrania el uso de armamento occidental contra objetivos en territorio ruso. “Estos representantes de los países de la OTAN, especialmente en Europa, especialmente en países pequeños, deben ser conscientes de con qué están jugando. Deben recordar que, por regla general, se trata de Estados con territorios pequeños, pero densamente poblados”, dijo Putin en rueda de prensa al término de su visita a la capital de Uzbekistán. El jefe de Estado subrayó que “ese factor es el que deben tener en cuenta antes de hablar sobre el lanzamiento de ataques contra el interior de territorio ruso”.
“Esta constante escalada puede tener graves consecuencias y si esas graves consecuencias se hacen notar en Europa, ¿cómo reaccionará Estados Unidos?”, dijo Putin, quien aludió a la paridad nuclear entre ambas superpotencias. Y preguntó: “¿Acaso desean un conflicto global?”.
En alusión a las declaraciones del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sobre la necesidad de permitir a Kiev atacar Rusia con armamento occidental, Putin aseguró que éste no puede no saber que las armas de alta precisión de largo alcance no pueden ser lanzadas sin el empleo de satélites espías occidentales. “Él fue primer ministro de Noruega. Nos reunimos y solucionamos asuntos complicados sobre el mar de Barents y otros. En general pudimos llegar a acuerdos. Entonces, estaba seguro de que no sufría de demencia”, afirmó.
Por otra parte, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, se reunió en el enclave báltico ruso de Kaliningrado con el jefe de la agencia nuclear rusa Rosatom, Alexei Likhachev, para hablar de la situación de la central ucraniana de Zaporiyia, ocupada por las tropas rusas al comienzo de la invasión a Ucrania. “Se trató de una evaluación respecto a las necesidades en materia de agua de la central, que se ve limitada con la llegada de verano boreal”, dijo Grossi.
Además, agregó que recibió con “satisfacción” que la delegación rusa coincidió con la evaluación de la OIEA de que “no es prudente” reiniciar la planta en un momento en el cual hay combates activos en la región. “Una central en funcionamiento tiene mucha más temperatura y de producirse algún tipo de ataque o de mal funcionamiento en los sistemas de seguridad de la misma, las consecuencias radiológicas de un posible accidente serían muchísimo más graves”, explicó el funcionario argentino.
“Estas reuniones periódicas son necesarias para evaluar la evolución y la situación en materia de seguridad en la central”, dijo Grossi, reconociendo una primavera “bastante complicada” en la central, con “ataques directos” que lo llevaron a advertir en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre el creciente riesgo de un accidente nuclear.