La ofensiva rusa en Ucrania llegó a su “máxima intensidad” en las últimas horas, con eje en la región sureña del Donbass, por lo que no se descarta un cambio radical de escenario en la guerra en los próximos días, pese al auxilio de Occidente con recursos y armas para la resistencia.
El propio gobierno ucraniano informó ayer que los combates en la región llegaron a su “máxima intensidad” y admitió que las fuerzas rusas son “netamente superiores” en número y armamento, luego de semanas de declaraciones triunfalistas que buscaban crear la ilusión de un triunfo y a pesar de que Occidente insiste en que la ofensiva de Moscú está estancada.
Desde hace semanas, los enfrentamientos más intensos ocurren en la región industrial del este de Ucrania llamada Donbass, cuya conquista fue declarada por Rusia como el objetivo de su ofensiva, luego de haber retirado las tropas de Kiev y otras regiones a fines de marzo, en el marco de la invasión que lanzó el 24 de febrero.
La Fuerza de Tarea Conjunta -como se llaman las unidades ucranianas desplegadas en el Donbass, las más experimentadas y mejor equipadas del país-, dijeron en un comunicado que el enemigo atacó en las últimas horas 41 localidades o pueblos de las dos provincias vecinas que forman la región, Lugansk, al norte, y Donetsk, al sur. Algunas de las hostilidades más cruentas están en la ciudad de Severodonetsk (Lugansk) y en su ciudad melliza de Lisichansk, que el Ejército ruso bombardea e intenta tomar desde hace semanas. Las dos localidades son algunas de las últimas grandes que aún controla Ucrania en el Donbass, que limita al oeste con Rusia, que ayer anunció que prácticamente tiene conquistada a Lugansk.
Este mes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, varias veces se dijo confiado en derrotar a Rusia en medio de afirmaciones de Estados Unidos y el Reino Unido de que la ofensiva rusa en el Donbass estaba estancada. Su canciller, Dmytro Kuleba, llegó a decir que Ucrania ya no se conformaba con la supuesta derrota infligida a Rusia en Kiev y que ahora iba por la expulsión de las tropas rusas de las cinco provincias ucranianas que ocupan total o parcialmente, incluyendo las dos del Donbass. Ayer, todo el optimismo se evaporó en boca del propio Zelenski, quien admitió que “el enemigo es netamente superior en términos de equipo y número de soldados” en el Donbass.
Por otro lado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) presentó un nuevo balance de la guerra, en el que informó que alrededor de 4.000 civiles murieron y más de 4.600 resultaron heridos en Ucrania como resultado de la invasión rusa. El organismo detalló que pudo confirmar la muerte de 3.974 civiles, entre ellos 1.497 hombres, 985 mujeres, 91 niñas y 99 niños, así como 69 menores y 1.233 adultos cuyo sexo aún se desconoce.
Afirman que la región de Lugansk ya está tomada
“El 95% del territorio de la región de Lugansk está ocupado. La situación en el Donbass es extremadamente mala. La región de Lugansk continúa frenando a la horda, que está destruyendo nuestros pueblos.
Los bombardeos no paran en absoluto”, admitió ayer el jefe de la Administración Regional Militar de la región ucraniana, Sergiy Gaidái, luego de que Rusia anunciara la conquista de la provincia sureña.
Los separatistas prorrusos que controlan los territorios ahora en expansión en el Donbass informaron además que la ciudad de Severodonetsk ya está bajo un “cerco operativo” ruso, rodeada desde tres frentes: “Solo se puede salir de ella por un puente bajo control ruso”, agregaron.
Sin embargo, Gaidái negó la información y aseveró que “Severodonetsk no está rodeado, hasta 15.000 personas permanecen en las ciudades y pueblos de la comunidad”.