El senador Lindsey Graham afirmó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea informar al Congreso sobre “posibles operaciones militares futuras contra Venezuela y Colombia”, en medio de un creciente despliegue naval estadounidense en el Caribe.
Las declaraciones de Graham coincidieron con la llegada de un portaaviones estadounidense al mar Caribe, donde se unió a la flota que ya opera en la zona y que, según Washington, ha atacado embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico.
“El presidente Trump me dijo ayer que planea informar a los miembros del Congreso, a su regreso de Asia, sobre posibles operaciones militares futuras contra Venezuela y Colombia”, declaró Graham a CBS News.
El senador republicano también aseguró que Trump considera que “ha llegado el momento de que Nicolás Maduro se vaya”, y sostuvo que los ataques terrestres son una “posibilidad real”.
Desde que comenzaron las operaciones a inicios de septiembre, más de 30 personas han muerto, según fuentes oficiales estadounidenses que califican las acciones como parte de una estrategia de “seguridad nacional”.
“El objetivo final es garantizar que Venezuela y Colombia no puedan ser utilizadas para envenenar a Estados Unidos, que el dictador narcoterrorista Maduro no pueda amenazar a nuestro país ni enviar drogas para matar estadounidenses”, dijo Graham.
El senador adelantó que habrá una sesión informativa en el Congreso sobre una posible expansión de las operaciones del mar hacia tierra firme, y afirmó que apoya esa decisión. “Tiene toda la autoridad del mundo. Esto no es asesinato. Es proteger a Estados Unidos del envenenamiento por narcoterroristas de Venezuela y Colombia”, añadió.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, ironizó sobre la política antidrogas estadounidense al afirmar que Washington debería realizar “una operación especial en Manhattan”, ya que “ahí es donde está la verdadera desgracia, porque está en todas partes”.
Rusia mantiene una relación tensa con Graham, quien tiene una orden de detención vigente en su contra desde mayo de 2023, tras sus comentarios sobre el conflicto en Ucrania, según recordó el medio Telemundo.
El Ejército de Estados Unidos informó que, desde que comenzaron las operaciones, al menos 10 embarcaciones han sido hundidas, con unas 43 personas a bordo.
La Casa Blanca insiste en que estas acciones buscan “proteger a los estadounidenses de la llegada de drogas al país”, mientras que críticos y organizaciones de derechos humanos cuestionan la legalidad de los ataques, señalando que no se ha demostrado que los barcos transportaran narcóticos ni se ha garantizado el debido proceso a los tripulantes.
En ese contexto, el destructor USS Gravely arribó recientemente a Trinidad y Tobago para realizar ejercicios militares como parte del despliegue naval de Washington en el Caribe.
El buque ancló en Puerto España bajo fuertes medidas de seguridad, y se espera también la llegada de la Unidad Expedicionaria 22 del Cuerpo de Infantería de Marina.
El gobierno venezolano denunció el arribo del buque estadounidense y acusó a Trinidad y Tobago de colaborar con Washington “para una guerra en todo el Caribe”.
“El Gobierno de la primera ministra Kamla Persad-Bissessar ha renunciado a la soberanía de Trinidad y Tobago para actuar como colonia militar subordinada a los intereses hegemónicos estadounidenses”, declaró la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien acusó a Washington de preparar “una guerra contra Venezuela, Colombia y toda Suramérica”.
En un comunicado oficial, el Ejecutivo de Nicolás Maduro advirtió sobre “la peligrosa realización de ejercicios militares bajo coordinación, financiamiento y control del Comando Sur de Estados Unidos”, y reiteró que el despliegue representa una amenaza directa para la estabilidad regional.
