La desestabilización en el mercado internacional de alimentos se vuelve a sentir a raíz de la suspensión de las exportaciones de cereales ucranianos por la salida de Rusia de un acuerdo que permitía la regularización del comercio, pese al conflicto armado entre los dos países.
Si bien las aguas estaban calmas entre Ucrania y Rusia, gracias a la mediación de Naciones Unidas y de Turquía en julio para restablecer las rutas marítimas que permitan la salida de millones de toneladas de alimentos y evitar desbalances en los precios del mercado como posibles hambrunas, ahora la situación volvió a punto cero. Rusia se retiró del acuerdo por los ataques a barcos rusos en Sebastopol, en la península de Crimea, cuya responsabilidad adjudicó a Ucrania.
Desde el Kremlin, el presidente, Vladimir Putin, afirmó: “Es necesario realizar una investigación exhaustiva sobre las circunstancias del incidente y recibir garantías reales de Kiev de que cumplirá estrictamente los acuerdos de Estambul, en particular, en lo que respecta a la inadmisibilidad del uso del corredor humanitario con fines militares”.
Putin dialogó ayer con su par turco, Recep Tayyip Erdogan, quien intenta mediar entre los intereses rusos y ucranianos. Erdogan dijo estar “confiado” en restablecer el acuerdo. No obstante, Putin llamó la atención sobre el incumplimiento en el acuerdo, en lo que respecta al desbloqueo de los suministros de productos agrícolas y fertilizantes rusos a mercados mundiales. Denunció que durante los tres meses que estuvo vigente el trato “no se culminó la tarea de asegurar la entrega prioritaria de alimentos a los países más necesitados”.
Confirmó “la disposición de Rusia para suministrar volúmenes significativos de cereales y fertilizantes a África de forma gratuita”. Desde hoy se suspende la salida de buques, pese a que ayer zarparon tres sin la autorización de Rusia.