Fútbol y “grooming”: protegiendo la pasión

Por Susana Borgarello, codirectora del Programa de Investigación “Relaciones Internacionales, Derechos Humanos e historia: evolución y retos actuales”, Centro de Estudios Avanzados, FCS - UNC

Fútbol y “grooming”: protegiendo la pasión

El “grooming” y los abusos a menores en el ámbito del fútbol pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera efectiva y urgente, tanto el “grooming” como otros tipos de abusos en línea y en entornos deportivos.

El “grooming”, que implica el uso de medios digitales por parte de adultos para ganar la confianza de menores con fines sexuales, está penado por la ley 26.904. Ley que establece penas de prisión para quienes contacten a menores con objetivos sexuales a través de medios electrónicos.

Además, existen leyes, como la 27.590, y la Resolución 2630/2023, que refuerzan la protección contra el “grooming” mediante programas de prevención y concientización.

Un caso emblemático es el del ex árbitro Martín Bustos, en Rosario, Santa Fe, que es condenado a tres años de prisión de ejecución condicional y con un conjunto de reglas de conducta, por el delito de “grooming” contra jugadores adolescentes del club Newell’s Old Boys. Delito cometido entre mayo y junio de 2019, donde Bustos utilizó el alias de “Martín Lucero” para contactar a los menores, con el propósito de atentar contra su integridad sexual, presentándose como masajista deportivo a través de mensajes de WhatsApp.

El ex árbitro también será condenado por otra acusación, caratulada como “abuso sexual y facilitación de la prostitución”, en Lomas de Zamora, acusado de formar parte de un grupo que captaba jugadores de inferiores en las redes sociales.

La causa de los jugadores de Independiente muestra una trama de prostitución y abuso de menores que conmocionó al fútbol en 2018. A fines de diciembre de 2023, en esta última causa (donde, al menos, 15 menores fueron objeto de abusos) se dicta sentencia en Lomas de Zamora, donde la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires determinó que, si bien los delitos fueron en diferentes localidades (San Isidro, Avellaneda, Lomas de Zamora y La Plata) correspondía unificarlos por razones de economía procesal y defensa efectiva de los imputados. Martín Bustos (ya condenado en Rosario); Alejandro Carlos Dal Cin; Juan Manuel Díaz Vallone; y Silvio Fleytas; recibieron condenas de hasta 12 y 10 años por abuso sexual, explotación de menores y otros delitos relacionados. Dos involucrados más, a la fecha, Leandro Cohen Arazi y Alberto Ponte, esperan ser juzgados en una tercera jurisdicción: Buenos Aires.

Es preocupante señalar que, incluso después de las detenciones que se produjeran en 2018, y al quedar libres los abusadores, intentaban contactar nuevamente a las víctimas, lo que subraya la persistencia del riesgo para estos jóvenes.

La lentitud en algunos procesos judiciales, y la necesidad de coordinación entre jurisdicciones, son aspectos que deben abordarse para garantizar una justicia efectiva y proteger a las víctimas de manera integral.

No hay dudas que estos casos ponen de relieve la importancia de combatir el “grooming” y los abusos a menores de manera integral, involucrando a la Justicia, los clubes deportivos y la sociedad en su conjunto. Además, es crucial considerar el impacto psicológico y emocional que estos hechos traumáticos tienen en las víctimas: los abusos a menores dejan cicatrices que afectan profundamente su salud mental y bienestar a largo plazo. Por lo tanto, la respuesta de la sociedad y las instituciones debe incluir no sólo medidas de prevención y sanción, sino también apoyo y rehabilitación para las víctimas, garantizando que reciban el apoyo y la atención que necesitan durante todo el proceso judicial y más allá de él.

Otro aspecto crucial es la colaboración entre diferentes organismos y autoridades. La coordinación entre la policía, los fiscales, los clubes deportivos y las organizaciones de protección de la infancia es fundamental para detectar, investigar y sancionar estos delitos de manera efectiva. En el caso específico de los clubes deportivos, la responsabilidad recae en garantizar entornos seguros y libres de abusos para todos los jóvenes que forman parte de sus equipos y programas juveniles. Esto implica políticas claras de protección infantil, capacitación para el personal en detección y prevención de abusos, así como mecanismos efectivos para denunciar y encarar cualquier situación sospechosa.

Asimismo, es esencial abordar las causas subyacentes de estos delitos, como la desigualdad socioeconómica, la falta de oportunidades para los jóvenes y la cultura de impunidad que a veces rodea a los abusadores.

El trabajo en la prevención del abuso sexual infantil debe ir de la mano con políticas más amplias de protección social, educación y justicia que traten estas cuestiones de raíz y promuevan un entorno más seguro y equitativo para todos los niños y adolescentes.

En conclusión, el “grooming” y los abusos a menores en el fútbol argentino son problemas graves, que requieren una respuesta integral y coordinada de la sociedad, las instituciones y las autoridades. Es fundamental proteger los derechos de los menores, prevenir estos delitos y garantizar justicia y apoyo para las víctimas. Sólo trabajando juntos podremos crear un entorno seguro y saludable para todos los jóvenes que participan en el deporte y en línea.

*Codirectora del Programa de Investigación “Relaciones Internacionales, Derechos Humanos e historia: evolución y retos actuales”, Centro de Estudios Avanzados, FCS – UNC

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