Intencionalidad e inexactitudes en la nota sobre los mapuches

Por Fernando López

Intencionalidad e inexactitudes en la nota sobre los mapuches

Con el título “Conflicto mapuche. Nos exponemos a un peligro real”, el ex ministro del Interior y Justicia, y ex Secretario de inteligencia del presidente Carlos S. Menem, Miguel Ángel Toma, pretende agregar un enfoque falso y conflictivo al verdadero argumento de esa nota (HOY DÍA CÓRDOBA, 10 de noviembre de 2021): su intención es incentivar el sentimiento “patriótico” contra el actual gobierno del presidente Alberto Fernández, sutilmente tildado de “traidor a la Patria”.

El 23 de agosto 2021 el gobierno argentino tomó conocimiento, en el Diario Oficial de ese país, de una medida del gobierno de Chile relativa a espacios marítimos. Esa medida pretende proyectar la plataforma continental al Este del meridiano 67º 16´ 0´´, lo cual contradice el Tratado de Paz y Amistad, celebrado por ambos países en 1984.

El límite exterior de la plataforma continental argentina en esta zona se refleja en la Ley Nacional 27.557, aprobada el 4 de agosto de 2020 por unanimidad en ambas Cámaras del Congreso de la Nación, y promulgada por el Poder Ejecutivo el 24 de agosto de ese mismo año. Dicha ley recoge en una norma interna la presentación efectuada por el gobierno argentino sobre tal zona ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC).

Esa noticia del corrimiento unilateral de límites nos preocupa por la sucesión inmediata de circunstancias que nos llevan a pensar que algo serio, muy serio, está sucediendo en el Atlántico Sur delante de nuestras narices. Si bien nos llama la atención esa maniobra del gobierno de Sebastián Piñera, en momentos en que se discute la reforma constitucional en Chile y hay una feroz disputa electoral en Argentina, esto nos huele a una maniobra conjunta del gobierno de Piñera, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, y el Reino Unido de Gran Bretaña: una más entre tantas, como la reiterada obstinación de la alianza imperial de no abandonar nunca las Islas Malvinas, porque es su plataforma de acceso a los mares del sur.

Circunstancia recientemente confirmada con la noticia de que en las Islas Malvinas la firma británico-holandesa BAM Nutall Ltd. está construyendo, a toda máquina, un puerto de aguas profundas cerca del situado en la bahía Stanley. Ese puerto serviría como base para asentarse definitivamente en la Antártida sobre los territorios reclamados desde 1912 por el Reino Unido, los mismos –y aún más extensos- que los que en 1908 reclamara para sí la Argentina como proyección de su posesión territorial y marítima. Las autoridades de la isla informaron que el puerto estará operativo «a comienzos de 2024, a más tardar”.

Pero el “conflicto mapuche” traído a colación por Miguel Ángel Toma, y que tendría que ver con la reaparición del grupo “Resistencia Ancestral Mapuche” que pretende expulsar de sus tierras a los terratenientes y no al revés, en el sentido de resistir el desapoderamiento de éstos con violencia y argucias legales, remite sutilmente a que la Patagonia ha sido foco de conflictos históricos por la delimitación de la frontera con Chile, el control del espacio terrestre y marítimo, a lo que ahora hay que agregarle la necesidad de controlar el espacio aéreo.

Y en este aspecto empezamos mal, dice Toma. Sigue diciendo que durante la gestión kirchnerista, en 2012, se firmó un acuerdo con China que permitió la construcción y operación de una base dual, científico-militar, en Bajada del Agrio, Neuquén. Esto es absolutamente falso, y, por si fuera poco, en una nota publicada en Clarín el 11/2/2019 quedó asentado que el presidente Mauricio Macri había logrado que se insertara una cláusula adicional que prohibía la utilización de la base con fines militares.

Sigue mintiendo Toma: “Esto significó una señal de alerta para Occidente y una pérdida de soberanía, lo que termina por hacer más complejo este panorama cuando, ahora, desde el Gobierno se deja trascender que China se haría cargo de la construcción y explotación de un puerto en Ushuaia. La respuesta no se hizo esperar: Chile anticipó que prevé desarrollar un polo similar en Punta Arenas, y Gran Bretaña anunció que ampliará su presencia militar en las Islas Malvinas, al mismo tiempo que adecuará las instalaciones de Puerto Argentino para esa misma finalidad”. Así como vemos, una cosa lleva a la otra: Toma comenzó hablando de algo terrible como la insurrección mapuche, para terminar afirmando que el gobierno de Alberto Fernández tolera esa insurrección, como parte de una entrega total de la soberanía sobre la Patagonia argentina a China, y no a los socios naturales: Estados Unidos, Chile y Gran Bretaña.

 

Escritor, director del Encuentro Internacional de Literatura Negra y policial “Córdoba Mata”

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